Por: Rolando Alvarenga
No hay plazo que no se cumpla y para los amantes del buen box ha llegado la semana tan esperada. Específicamente, rx el próximo sábado, cuando en Las Vegas se enfrenten los campeones mundiales Floyd Mayweather y Enmanuel “Manny” Pacquiao. Un combate titular pactado a doce rounds por el cinturón universal de las 147 libras.
Desde mucho antes de pactarse, que por cierto tuvieron que pasar varios años, esta pelea ha dado material para todos los gustos; pero, en pocos días, serán despejadas todas las incógnitas porque, al igual que Moisés Urbina con el pronóstico del tiempo, ¡cualquier cosa puede suceder!
Boxísticamente, y por conocer las trayectorias de estos pobres mortales, asumo que el invicto Floyd, de 38 años, saldrá a ejecutar lo suyo: boxear fino y mantenerse todo el tiempo a la distancia, hasta el último round. Por su parte, el filipino de 36 años llegará a presionar la pelea desde el principio y a querer definirla por la vía del nocaut. ¡No hay de otra! Es que si quiere ponerse a boxear con Floyd, estará perdido ante un rival de mucha riqueza técnica.
A partir de su rapidez de manos y extremidades inferiores, Floyd es un maestro de la defensa y el contragolpe. Por eso, a estas alturas de su exitosa y millonaria carrera, su humanidad no ha sido muy golpeada y tampoco ha perdido en casi 43 peleas. Mientras Pacquiao, con 38 nocauts en 57 combates, es un pura dinamita que va de frente, pero ya sabe lo que es dormir en la lona del ring.
En otras palabras, se viene una clásica pelea entre el toro y el torero. Una lección de Mayweather será lo normal y natural, pero la salsa de la expectación estará enfocada en ver si “Manny” logra el milagro de explotar sus puños y aterrizar a Floyd para toda la cuenta. Sería algo espectacular y obvio, la mesa quedaría servida para una millonaria revancha.
Como siempre, el primer sello promocional que se le puso a este apetecido enfrentamiento fue “la pelea del siglo”, pero, para este servidor que ha visto cualquier cantidad de combates mundialistas –donde no entran en cuenta los de Rocky Balboa porque, en los tiempos modernos, el boxeo no es tan macabro– eso de “pelea del siglo”, ¡no!
Combates del siglo eran los que en la primera parte de la década de los setenta se protagonizaban en la Arena Santa Anita de esta capital, donde, por quinientos colones, los mundanos se mal mataban a golpes, con lesiones, fracturas y heridas incluidas. Cómo no recordar las peleas cuando nuestro “Chuvalo” Cubías quebró la mandíbula de Marcos Medina; desniveló la clavícula de Mauricio “halconcito” Buitrago; fracturó tres costillas a Mike Duarte y le sacó dos muelas, sin anestesia, al “rudo” Arias (los cuatro de Nicaragua). Y también la vez que el migueleño Óscar “chico” Aparicio cortó y desfiguró a golpes el rostro del famoso mundialista nicaragüense Eduardo “ratón” Mojica.
Aterricemos: la Mayweather-Pacquiao será la pelea más millonaria de la historia y, de eso, que no nos quepa la menor duda. Los boletos oscilan entre los 1,500 y 7,500 dólares, aspirando a una recaudación integral a unos 800 millones de dólares, cuyo mayor porcentaje vendrá del sistema pague por ver con una señal que llegará a más de cien países. Floyd recibirá no menos de 200 millones de dólares y “manny” no menos de cien. ¡Ya es algo!