Las Vegas/Estados Unidos/dpa
Sangró y sufrió como nunca, generic diagnosis pero sigue invicto: el estadounidense Floyd Mayweather derrotó al argentino Marcos Maidana en una igualada pelea celebrada en Las Vegas que unificó el título de campeón de boxeo de los pesos welter.
Mayweather se impuso por decisión mayoritaria de los jueces -dos a su favor y un empate-, cialis por lo que retiene la corona y amplía también su récord como profesional a 46 triunfos sin derrota.
“El es un campeón y yo también, buy viagra sabía que iba a ser una dura pelea”, afirmó Mayweather, que enfrentó quizás su combate más complicado de los últimos años, por el que se embolsó 32 millones de dólares sin contar con los beneficios por taquilla y televisión. El estadounidense, sin embargo, sangró y tuvo que soportar al final los silbidos de una gran parte de la afición del MGM Grand de Las Vegas, en desacuerdo con la decisión de los jueces: uno dio por vencedor a Mayweather por 117-111, otro por 116-112 y el otro consideró que fue un empate 114-114.
“Normalmente me gusta salir, boxear y moverme, pero él me presionó”, agregó el vencedor, confuso en el inicio del combate. “Si los aficionados lo quieren ver de nuevo, lo podemos hacer de nuevo”, dijo Mayweather sobre una posible revancha en septiembre.
“Pienso que la gané”, aseguró Maidana, convencido del triunfo. “Nunca le pegó a un hombre como yo. Todos lo respetaron o tuvieron miedo”, dijo el argentino.
“La mayoría (de los asaltos) los dominé yo. La revancha se la tengo que dar yo, porque yo le gané”, afirmó envalentonado. “Sí, se la doy, no le tengo miedo, ¿por qué no se la voy a dar?”, dijo el argentino tras la derrota más dulce de su carrera. Maidana lamentó no haber podido competir con sus guantes por una disputa con el equipo de Mayweather. “Con mis guantes lo habría noqueado”, aseguró.
El invicto Mayweather era el gran favorito para todos. El boxeador y “showman” estadounidense entró al cuadrilátero, como es habitual, acompañado del rapero Lil Wayne, del cantante Justin Bieber y de un grupo de personajes del circo.
Tras el espectáculo, la pelea. Maidana empezó el combate como un ciclón. En el primer asalto lanzó 100 golpes, de los que sólo un 26 por ciento impactó en su rival. Mayweather, fiel a su estilo pero algo sorprendido, se defendía con pericia y lanzaba menos los brazos, pero con más acierto.
El argentino, púgil de gran pegada, sabía que para derrotar al invencible tenía que ser agresivo, bombardearlo con una batería de golpes, y lo hizo durante buena parte del combate, arrinconando a Mayweather en las cuerdas.
El estadounidense sangraba por la ceja al final del cuarto asalto, reflejo de un sufrimiento que no había experimentado con sus últimos oponentes.
“¡Chino, Chino!”, cantaba la afición argentina del MGM Grand de Las Vegas el sobrenombre de su ídolo, dando a la velada un ambiente de partido de fútbol. El entrenador de Maidana, desde la esquina, lo alentaba diciéndole que estaba ganando la pelea, opinión compartida por los expertos.
Mayweather se veía obligado a ser más agresivo para darle la vuelta y encontró varios “uppercuts” en el sexto asalto.
La frecuencia de golpes de Maidana decayó con el paso de los minutos. Mayweather, mejor en defensa, equilibró el combate y con precisión y sin prisa fue erosionando poco a poco la resistencia del argentino, sobre todo en el séptimo asalto.
“Eso es lo que hacen los campeones: sobrevivir y hacer ajustes”, dijo el ganador sobre cómo dio la vuelta al marcador. En el noveno, el acierto del estadounidense era de un 55 por ciento por el 25 del argentino, pero los golpes lanzados eran más del doble (733 por 345), por lo que la pelea seguía abierta e igualada.
En el undécimo, el estadounidense hincó la rodilla, pero fue más por un empujón que por un golpe de Maidana. Al final del duodécimo y último “round”, ambos levantaron los brazos como ganadores, reflejo de lo cerrado de la pelea. Mayweather (230 de 426) conectó al final nueve golpes más que Maidana (221 de 858). Nadie castigó tanto a Mayweather en las 38 peleas anteriores en las que se hizo esa medición.
Los jueces tenían que decidir y lo hicieron a favor del multicampeón, que sigue invicto, pero que sufrió como nunca en sus 16 años como profesional.