Carlos Girón S.
Entre el marasmo de sucesos y noticias trágicas, tristes y preocupantes por los problemas delincuenciales del crimen, las masacres*, las extorsiones, la corrupción y otros males, también en lo político, Diario CO-LATINO nos ha traído en primera plana de su edición del sábado 14 del corriente, una noticia halagadora, que representa –y así hay que verlo– un triunfo más de nuestra querida Patria en el ámbito internacional. El titular de la noticia decía: Medicamentos Salvadoreños podrían exportarse a Rusia, dice PROESA.
Estas siglas corresponden al Organismo Promotor de Exportaciones e Inversiones en El Salvador, y como su nombre lo indica, se trata de un ente creado por el actual gobierno de la República para promover e impulsar las exportaciones diversas de nuestro país a otros mercados, no sólo centroamericanos y de la región, sino aún más allá de este ámbito, donde se incluye Rusia, situada al otro lado del mundo.
El mérito es para el Gobierno y para el sector de la industria farmacéutica nacional, que es una de las más desarrolladas y avanzadas de Centro América y el Caribe, tal vez exceptuando a Cuba. Dicho sector no ha descansado nunca incorporando tecnología “de punta” en sus sistemas de producción, a la vez de capacitar y actualizar a los profesionales del ramo, que son el soporte de la industria, lo mismo que a parte del personal especializado, que igualmente brinda su aporte en este rubro.
Lo anterior ha hecho que la industria farmacéutica nacional sea, desde siempre, un soporte a la economía del país, ya que sus exportaciones se han mantenido ciertamente que con altibajos, pero saliendo adelante todas las veces. Rusia ha sido uno de los mercados de importancia para nuestros medicamentos. El año pasado generó en divisas para el país casi los 52 millones de dólares, teniéndose una expectativa de mayor crecimiento ya que se espera atraer unos 69.2 millones de dólares, según datos de PROESA.
Los productos que presentan buena demanda van desde las banditas (curitas) adhesivas para cubrir heridas, hasta oftalmológicos, pasando por jarabes para la tos, y varios otros.
Si bien ahora se anuncia que se exportarán más medicamentos salvadoreños a Rusia, lo cierto es que hay otros rubros, entre ellos el agropecuario y el de productos del mar, que igualmente mantienen o han aumentado sus exportaciones a países del exterior, fuera de las fronteras centroamericanas, y que apuntalan la economía nacional. Los más fuertes son el azúcar de caña, el café, el camarón, con ventas muy significativas que también refuerzan las arcas del Estado.
Todo lo anterior viene a confirmar que nuestro país, El Salvador, mantiene estabilidad política y económica, y que es una tierra de esperanzas, pese a la nota roja, que es la mala propaganda que los enemigos de la Patria se encargan y empeñan de llevar afuera, para tratar de ahuyentar el turismo o las inversiones. Y vale mencionar aquí que el Ministerio de Turismo es otra entidad que está realizando una gran labor en bien de la Patria y de miles y miles de pequeños empresarios y negociantes. El programa de “Pueblos Vivos” es una palanca en ese sentido. En pueblos, cantones y villorrios antes olvidados y marginados, sus moradores han visto reverdecer sus vidas y actividades productivas, lo que a la vez les ayuda a generar sus fuentes de ingresos para una vida más contenta y plena. Para ajuste, dichos poblados tienen la bendición de tener cerca alguna de las muchas sedes de Ciudad Mujer, establecidas en departamentos estratégicos, por la dinamia de su “inventora” Wanda Pignato, quien cuenta y ha contado desde el Gobierno anterior del Frente, con pleno respaldo. Cada una de las sedes tiene –además de los múltiples servicios hospitalarios y de capacitación– la virtud de haber creado miles de puestos de trabajo, tanto para médicos, enfermeras y enfermeros, como para otro personal de servicio.
Se menciona esto, pues todo lo reseñado va encadenado como logros de la presente Administración de Salvador Sánchez Cerén y su eficiente staff de ministros de estado, gerentes, ejecutivos y demás empleados en las diferentes empresas estatales, y que por lo tanto, no merece que se demerite toda esa labor de conjunto, lo que es completamente injusto Si todos los sectores, en cambio, uncieran sus voluntades y esfuerzos a este carro de la buena ventura, formando la unidad siempre propuesta por el Gobierno, a estas alturas, El Salvador estuviera convertido en una pequeña potencia, a despecho de su pequeñez territorial.
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*Aquí, es necesario pedir o exigir que se diga públicamente quiénes son los proveedores de las armas de todo calibre que utilizan los delincuentes para perpetrar sus delitos. Ya se sabe que esos proveedores son comerciantes y empresarios, con cuyo malvado negocio se lucran con el dolor y la sangre de nuestro pueblo, pero debería publicarse quiénes son esos proveedores, y esto debería hacerlo el propio Gobierno, las Autoridades de Seguridad Pública –que son las que libran esa cruenta batalla–, dando a conocer, con nombres y apellidos, quiénes son esos responsables de las calamidades delincuenciales que azotan a nuestro país, cada vez con más virulencia.
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