Desde 2018 organizaciones sociales han develado las anomalías del proyecto urbanístico “Acropoli-Sonsonate” impulsado por inmobiliaria Fenix SA de CV (ligada a Salazar Romero) en el municipio de Nahulingo que ha destruido una parte del sitio Tacushcalco, amenaza ecosistemas hídricos del río Ceniza y derechos culturales/ambientales no solamente de la población de Nahulingo y Sonsonate sino de toda la población salvadoreña.