Río de Janeiro/AFP
Los países fundadores del Mercosur -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- asumirán de forma colegiada la presidencia del bloque en el actual semestre, en lugar de transmitirla a Venezuela, y emplazaron a la República Bolivariana a cumplir con «sus obligaciones» antes del 1º de diciembre so pena de ser suspendida.
El anuncio fue anunciado en la madrugada de este miércoles por la cancillería brasileña en un comunicado donde informa que los cuatro países fundadores del bloque emitieron una Declaración conjunta sobre el tema.
La «Declaración conjunta relativa al funcionamiento del Mercosur y al Protocolo de Adhesión» de Venezuela, firmada por los cuatro ministros de Exteriores, «establece que la presidencia del Mercosur en el actual semestre no será transmitida a Venezuela, sino que será ejercida mediante la coordinación entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay».
Los cuatro países podrán «adoptar las decisiones necesarias en materia económico-comercial y en otros temas esenciales para el funcionamiento del Mercosur», así como «en las negociaciones comerciales con terceros países o con bloques de países», precisa la declaración.
Advierte además al gobierno de Nicolás Maduro, que vive un duro enfrentamiento con la oposición, que su país será «suspendido del Mercosur» de no adoptar el conjunto de sus acuerdos y normativas jurídicas.
Venezuela debía asumir la presidencia del bloque en julio, después de Uruguay, siguiendo un orden alfabético de sucesión.
El país caribeño adhirió en 2012 al Mercosur, fundado en 1991, pero hasta ahora no ratificó un gran número de normativas comerciales, políticas, de calidad democrática y sobre derechos humanos.
La crisis se produce en un momento delicado para el bloque sudamericano, que relanzó las negociaciones de un tratado de libre comercio con la Unión Europea (UE).
Tensiones en el Mercosur
Las tensiones entre el gobierno de Maduro y sus socios aumentaron desde la llegada al poder de gobiernos liberales de centroderecha en Argentina -donde Mauricio Macri ganó las elecciones a fines de 2015- y en Brasil, donde Michel Temer asumió la presidencia tras la destitución este año de la mandataria de izquierda Dilma Rousseff.
El canciller brasileño, José Serra, afirmó la semana pasada que su país considera que «Venezuela vive bajo un régimen autoritario, no democrático» y argumentó que «un país que tiene presos políticos no puede ser un país democrático».
Las tensiones se cristalizaron en los últimos días en torno a la detención en Venezuela del periodista chileno-venezolano Braulio Jatar.
«Estamos muy preocupados por la reciente multiplicación de detenciones arbitrarias en Venezuela, como la del periodista Braulio Jatar, ocurridas en detrimento del debido proceso legal y en claro incumplimiento de las libertades y las garantías fundamentales», afirmó Serra en nota de prensa publicada el martes.
«Esa situación dificulta aún más el diálogo entre el gobierno y la oposición, indispensable para superar la dramática crisis política, económica, social y humanitaria que afecta a Venezuela», agregó.
El Mercosur atraviesa una de sus peores crisis, solo equiparable a la que generó la suspensión de Paraguay en 2012 luego de un juicio parlamentario que destituyó al presidente de izquierda Fernando Lugo. Fue precisamente en ese periodo que Argentina, Brasil y Uruguay aprobaron el ingreso de Venezuela, a la que se oponía Asunción.
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