Por Yacine La Forestier
Berlín/AFP
La canciller alemana, Angela Merkel, cargó este jueves contra Donald Trump antes de una cumbre del G20 en Alemania que se anuncia agitada, al criticar el rumbo proteccionista y la retirada de Estados Undios del acuerdo sobre el clima.
Aunque se abstuvo de citar el nombre del presidente estadounidense, la canciller no dejó lugar a dudas sobre su objetivo durante una declaración en el Bundestag, a modo de preparación de los objetivos del encuentro de los principales dirigentes mundiales, que tendrá lugar el 7 y 8 de julio en Hamburgo.
Los grandes desafíos internacionales «no saben de fronteras», dijo Merkel. «Por eso, hoy más que nunca, quienes creen que el proteccionismo y el aislacionismo pueden resolver los problemas del mundo cometen un enorme error».
Merkel fijó como objetivo que los dirigentes del G20 «muestren que entienden su responsabilidad [para todo el planeta] y la asuman».
Las buenas relaciones entre Berlín y Washington se tensaron desde que Trump anunció la salida de su país del Acuerdo de París sobre el clima y como consecuencia de su discurso proteccionista en materia comercial.
«Desacuerdo notable»
Trump tiene en la mira especialmente las exportaciones de automóviles de Alemania a Estados Unidos, que considera excesivas, y dejó planear la amenaza de la imposición de derechos de aduana.
En lo que respecta al clima, «el desacuerdo [con Estados Unidos] es notable, y no sería honesto ocultarlo. Al menos yo no lo haré», aseguró la canciller.
Europa está «más determinada que nunca» a luchar contra el cambio climático tras la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París, un pacto que «no es negociable», reafirmó la canciller.
La cumbre del G20 de las principales economías mundiales -que representan tres cuartos del comercio mundial- se anuncia como uno de los encuentros internacionales más problemáticos de los últimos años.
Ante los puntos de discordia con el Gobierno estadounidense, Merkel se reúne este jueves en Berlín con varios dirigentes europeos para formar un frente común.
Según varias fuentes diplomáticas, los trabajos preparatorios del G20 para alcanzar una declaración común parecen «muy difíciles».
«Anti-Europa»
El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, acusó a Washington de tener una voluntad de sabotaje.
«No hay una estrategia antiestadounidense y desde luego no de parte del Gobierno alemán, pero hay estrategias estadounidenses que planifican una política anti-Europa y anti-Alemania», aseguró el martes.
Ante las dificultades con Washington, Merkel también espera aprovechar el G20 para acordar alianzas sobre cuestiones climáticas o comerciales con potencias asiáticas emergentes como India o China, aunque eso no le impide desconfiar de las ambiciones de Pekín.
En una entrevista publicada este jueves, la canciller alertó sobre el expansionismo económico de China, que según ella considera a Europa «una península asiática». «Europa debe trabajar con constancia para defender su influencia», añadió.
Las autoridades alemanas reaccionaron con cierta sorpresa a la decisión de Trump de acudir en la víspera del G20 a Polonia para una reunión de países de Europa del Este, muchos de los cuales, como Hungría, critican la línea de Merkel en Europa.
«Jugar a la división entre los europeos, entre el este y el oeste, es una postura bastante tradicional de la diplomacia estadounidense, e imagino que eso le gusta mucho a Trump», explicó Jean-Dominique Giuliani, presidente de la Fundación Schuman, especializada en temas europeos.
Para hacer frente común, Merkel podrá contar con Francia y el equilibrio recuperado tras la elección de Emmanuel Macron en la presidencia, a pesar de que empieza a surgir una lucha de liderazgos entre ambos dirigentes.
Macron acaba de lograr dos éxitos diplomáticos, con una visita del presidente ruso, Vladimir Putin, a París, y la aceptación de Donald Trump a su invitación a la fiesta nacional francesa, el 14 de julio.
Por el contrario, Berlín rechazó este jueves una demanda del presidente turco, el islamo-conservador Recep Tayyip Erdogan, para dirigirse a sus compatriotas en Alemania al margen de la cumbre del G20.
La canciller también llamó este jueves a los más de 100.000 manifestantes anticapitalistas que se espera que lleguen la semana que viene a Hamburgo que se manifiesten de forma «pacífica».
«Sabemos que habrá manifestaciones y es más que legítimo en una democracia», dijo, «pero espero, por el bien de los ciudadanos de Hamburgo y de las fuerzas de seguridad […], que estas protestas sean pacíficas».