Guillermo Martínez
@DiarioCoLatino
La pandemia del Covid -19 luego de dos meses de emergencia y cuarentena domiciliaria ha puesto al descubierto la vulnerabilidad en la que viven miles de familias salvadoreñas, que dependen de las ventas informales, para sobrevivir.
En los mesones del centro histórico, cercanos al Mercado Central, de paredes carcomidas y techos raídos por el sol, donde el hacinamiento es evidente, hay una necesidad prioritaria, la falta de alimentos.
Mujeres, adultos y niños, algunos de ellos enfermos pidieron a las autoridades que se acerquen para que constaten las necesidades que los tienen en una ambiente lleno de zozobra y miedo debido a que las mayoría son comerciantes informales que ofertan sus productos en las cercanías y que a causa de las medidas tomadas para combatir el coronavirus no han podido salir a vender.
Alimentación, medicamentos, e insumos necesarios para niños, niñas y adultos mayores son las necesidades primordiales de las familias que habitan en mesones de San Salvador.
“No estamos trabajando y no podemos comprar las cosas pero básicamente lo que alimentación y enseres de limpieza y colchonetas”, afirmó uno de los habitantes del lugar, que prefirió el anonimato.
Para él la ayuda que les han llevado es la básica, la alcaldía los visitó y pidió que quitaran las banderas blancas, pero la verdad que la necesidad se va tener todo el tiempo.
Y agregó “si nosotros volvemos a tener la necesidad de poner la bandera, nosotros no tenemos el fondo capital para sacar la venta”. Entre otras peticiones también están que se les proporcionen productos de limpieza para protegerse de la pandemia, como alcohol gel, mascarillas, guantes, químicos sanitizadores, entre otros.
Los afectados de por lo menos cinco mesones son personas que se dedican a la venta de café con pan, golosinas y otros.
“Nos ganamos la vida en el centro de San Salvador, pero a raíz de la pandemia si mañana nos dicen que esto se acaba no tenemos con que comprar lo básico para vender”, añadió.
Ellos afirman que tienen una deuda de pago de hasta dos meses de alquiler, con cuotas de 180 dólares mensuales.
Los habitantes dicen estar de acuerdo con la medidas tomadas para el control de la enfermedad, sin embargo, sumado a esto conviven con la necesidad urgente de alimentos, ya que en la actualidad sobreviven de ayudas solidarias de la población.