El argentino Lionel Messi era el gran favorito para ganar esta mañana el Balón de Oro en la Gala de la FIFA en Zúrich.
Su principal rival volverá a ser, see recipe como siempre en los últimos ocho años, cialis el portugués Cristiano Ronaldo, discount pero pocos creen que el trofeo al mejor jugador de 2015 vaya a parar a manos distintas a las del delantero del Barcelona.
Si los pronósticos se cumplen, el argentino de 28 años sumará su quinto Balón de Oro y volverá a poner tierra de por medio en su personal carrera con el atacante del Real Madrid.
“Espero alcanzar a Messi”, dijo Cristiano hace un año en la ciudad suiza, sobre el estrado del Kongresshaus que alberga la gala anual del fútbol, después de lograr su tercer galardón y el segundo seguido.
Entonces, el atlético, obsesivo y determinado futbolista portugués parecía capaz de todo. El Real Madrid acababa de ganar el Mundial de Clubes y era un cohete, mientras que el Barcelona estaba sumido en una crisis deportiva con su técnico, Luis Enrique, colgando de un hilo.
En los siguientes 12 meses, todo cambió. Messi recuperó la frescura y el brillo que lo llevó a encadenar cuatro Balones de Oro entre 2009 y 2012 y el Barcelona estuvo a punto de repetir la hazaña de conquistar los seis títulos en disputa en el año natural como hizo en 2009.
Las dudas sobre si Messi debía o no continuar en el club quedaron enterradas. Con el argentino de nuevo en su mejor versión, el Barcelona sumó los títulos de Liga, Copa del Rey, Liga de Campeones, Supercopa europea y Mundial de Clubes.
Sólo la Supercopa española se le escapó al club azulgrana, que con sus éxitos sentenció al italiano Carlo Ancelotti en el banquillo del Real Madrid. Una temporada sin títulos es sinónimo de despido en el club blanco, pero si además viene acompañada por una apoteosis barcelonista, la debacle es total.
Difícil pues, por no decir imposible, sostener fuera de los motivos políticos o afectivos el voto a Cristiano en esta edición. “Messi lo va a ganar este año”, admitió el propio futbolista portugués.
Entre medio, además, el argentino llegó a la final de la Copa América, donde Argentina cayó ante Chile por penales.
Casi se espera con más expectación el diseño del traje de Messi, siempre arriesgado en sus presentaciones en Zúrich, que el resultado de la votación de los capitanes, seleccionadores nacionales y periodistas de los 209 países miembro de la FIFA.
La gala se presenta pues como una nueva fiesta del Barcelona, el equipo que liderado por Messi ha marcado el fútbol europeo y mundial con su estilo de juego y sus éxitos en la última década.
Neymar, escudero del argentino en la delantera azulgrana, es el tercer finalista entre los hombres. El brasileño es el primer jugador de su país que aparece entre los mejores desde Kaká, último ganador del Balón de Oro antes de la serie Cristiano-Messi.
El dato no es menor y demuestra el estado en el que se encuentra el fútbol en la nación pentacampeona mundial.
En medio de una crisis sin precedentes, la FIFA vivirá la fiesta como un respiro antes de afrontar la recta final hacia las elecciones presidenciales de febrero.
Con el presidente Joseph Blatter suspendido durante ocho años, no se sabe aún quién entregará el máximo galardón de la noche, aunque es probable que lo haga el camerunés Issa Hayatou, jefe interino del ente rector.