Por Laurent Thomet/Jennifer González Cobarrubias
México/AFP
Decenas de miles de mexicanos volvieron a salir el miércoles a las calles de la capital para exigir al gobierno encuentrar con vida a 43 estudiantes desaparecidos y dejar claro que la reciente detención de un exalcalde, find presunto responsable del crimen, view es insuficiente.
Esta multitudinaria protesta, ed en la que participaron sobretodo universitarios, estuvo encabezada por los desesperados padres de estos jóvenes de los que nada se sabe desde hace 40 días.
La detención el martes de José Luis Abarca -alcalde de la ciudad de Iguala (Guerrero, sur) al momento de la desaparición de los jóvenes en unos ataques de la policía-, y de su esposa acrecentaron las esperanzas de esclarecer el crimen, que ha generado la mayor crisis de la presidencia de Enrique Peña Nieto.
Pero, al incansable grito de «¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!», los manifestantes claman que lo único que les importa ahora es localizar a los normalistas (estudiantes de magisterio).
«El coraje por la desaparición de los 43 alumnos no se va con la detención de Abarca. Eso es lo que queremos demostrar al gobierno con esta marcha, seguiremos movilizándonos hasta que los regresen vivos», dijo a la AFP Bardomiano Martínez, subdirector de la escuela de Ayotzinapa (Guerrero) a la que asistían los desaparecidos.
La escuela es conocida por su ideología izquierdista y sus contundentes acciones políticas.
«Alto al terrorismo del Estado contra el movimiento estudiantil», se leía en una de las pancartas de la marcha. Otras lucían retratos gigantes de los 43 desaparecidos, la mayoría de entre 18 y 21 años.
La marcha, que convocó 120.000 personas según los organizadores ó 60.000 según la policía, culminó en la plaza del Zócalo frente al palacio presidencial, donde los padres y sus compañeros de escuela pronunciaron encendidos discursos.
«Exigimos al gobierno la presentación con vida de nuestros hijos. Los padres de familia no vamos a permitir una nueva artimaña porque quieren cerrar el caso con una conferencia (de prensa) en la que van a anunciar que nuestros normalistas están muertos», exclamó Felipe de la Cruz, padre de uno de los desaparecidos.
Los familiares, que la semana pasada tuvieron un largo y tenso encuentro con Peña Nieto, desconfían de las investigaciones oficiales a tal punto que anticipan que no aceptarán el proceso para identificar 38 cadáveres encontrados en fosas clandestinas cerca a la zona donde desaparecieron los muchachos.
Los padres dicen que sólo confían en un grupo independiente de peritos argentinos a los que pidieron su colaboración.
La de este miércoles fue la tercera gran marcha en la capital por el dramático caso de Iguala y el arranque de tres días de huelga y movilizaciones en las mayores universidades mexicanas.
El crimen ha provocado movilizaciones de en todo el mundo que está previsto se repitan esta semana y pronunciamientos de organismos internacionales.
Búsqueda estéril
En Guerrero, integrantes de fuerzas federales llevan semanas peinando pueblos, montañas y ríos en la frenética búsqueda de estos jóvenes, víctimas de los ataques armados de policías de Iguala y de sicarios del cártel Guerreros Unidos, en los que murieron seis personas.
Peña Nieto, presionado, manifestó el martes su esperanza de que la detención de Abarca y su esposa, María de los Ángeles Pineda, en una casa del populoso barrio e inseguro sector capitalino de Iztapalapa, conduzca hasta los desaparecidos.
La pareja, cuyos vínculos con el narcotráfico eran investigados desde 2010, es acusada ordenar a los policías atacar a los estudiantes el 26 de septiembre, pensando que estos iban a sabotear un evento encabezado por Pineda, hermana de narcotraficantes y ahora señalada ahora como la «principal operadora» de Guerreros Unidos en Iguala.
El exalcalde ingresó el miércoles en una prisión de máxima seguridad del centro del país acusado de delincuencia organizada, secuestro y homicidio calificado, mientras su mujer fue detenida preventivamente por 40 días, informó la fiscalía.
¿Vivos o muertos?
A pesar del macabro descubrimiento de fosas, padres de los desaparecidos y algunos altos funcionarios mexicanos albergan esperanzas de encontrar vivos a los 43 universitarios.
El nuevo gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega, incluso mencionó sospechas de que los captores hayan dividido a los estudiantes en grupos y los mantengan vivos, cambiándolos de escondites para eludir el cerco.
Para Alejandro Hope, especialista en seguridad y exoficial de inteligencia mexicano, el escenario más probable es que los estudiantes hayan sido asesinados. «¿Por qué tendrían retenidas durante 40 días a 43 personas sin pedir rescate?, ¿Qué sentido tiene?», dijo Hope a la AFP.
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Fotografía: Una manifestante grita consignas durante la marcha por los 43 estudiantes desaparecidos de la Normal Rural de Ayotzinapa, en la Ciudad de México, capital de México, el 5 de noviembre de 2014. (Foto Diario Co Latino/Xinhua/David de la Paz)