México / PL / AFP
México desmintió la existencia de un acuerdo con Estados Unidos que lo califica de »tercer Estado seguro» para migrantes centroamericanos, a raíz de la decisión de regresarlos mientras avanza su proceso de pedido de asilo.
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, aclaró en la rueda de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador que eso no es así en el caso de México pues se está hablando de una medida implementada bajo las leyes de Estados Unidos.
México lo que hace es reaccionar frente a esa resolución, propia de la esfera y jurisdicción de los Estados Unidos, y en ese caso no se plantea la firma de un tratado o de un acuerdo, en donde nuestro país acepte ser tercer Estado seguro. Simplemente hemos adoptado una posición por razones humanitarias.
México -dijo Ebrard- tendrá que definir si las personas que hoy están en nuestro territorio, que pasan al norteamericano, tienen una entrevista en Estados Unidos y si ese país las devuelve en lo que atienden su cita, México tendrá que resolver si las deporta o las acepta, porque no es un tratado. Y ellos saben que no aceptaríamos un trato así porque se los hemos dicho en varias oportunidades.
Entonces, reiteró, lo que tenemos que resolver es si aceptamos o deportamos a esas personas que están hoy día en territorio mexicano, y que su inmensa mayoría son centroamericanos, no sólo en Tijuana, sino en otros puntos de la frontera.
En el caso de un tercer país seguro, aclaró, todo el trámite de asilo que acabo de describir se hace en otro país, es decir, el tercer país seguro significaría que firmamos un tratado y que todo el procedimiento de asilo se haría en México.
«Ni hemos firmado un tratado, ni lo vamos a hacer, ni se va a hacer todo el procedimiento de asilo en México. No los vamos a deportar por razones humanitarias, no por un acuerdo de ese tipo», dijo el funcionario.
México no sólo ha promovido, sino acaba de suscribir y se logró el miércoles, el Pacto por una migración regulada, ordenada y segura que, desde luego, no sólo es divergente, sino en muchos sentidos opuesto a lo que Estados Unidos está haciendo en su jurisdicción. Y esa política migratoria mexicana es la que va a informar todos los pasos que demos tanto en el exterior como en el interior.
También ayer, agregó, se obtuvo una votación histórica en la Organización de Naciones Unidas en materia de protección de derechos humanos de nuestros nacionales en los Estados Unidos por el Caso Avena, y se logró una aprobación de la resolución que México propuso por 69 votos contra 66 abstenciones y cuatro votos en contra, y esto sienta un precedente de la mayor magnitud para la protección de nuestros connacionales en los Estados Unidos.
El país vecino tendrá que garantizar servicios de intérprete y traducción para aquellos que están procesados allí, explicó finalmente el canciller.
Algunos sectores mexicanos interpretaron que el gobierno de López Obrador había firmado un tratado con Washington para la creación de un «Tercer Estado Seguro», concepto diplomático que refiere a que un solicitante de asilo realiza el trámite desde un país que no es al que está destinado el pedido.
«México no aceptaría ese tratado porque se lo hemos dicho (a las autoridades de Estados Unidos) en muchas ocasiones», comentó el secretario de Relaciones Exteriores.
Agregó que este viernes pedirá más detalles a Estados Unidos sobre su decisión, para luego fijar una «posición más precisa» al respecto el próximo lunes.
Al menos unos 4.000 permanecen estacionados en la ciudad mexicana fronteriza de Tijuana.
El martes México y Estados Unidos anunciaron una millonaria inversión para el desarrollo en el sur mexicano así como en Guatemala, El Salvador y Honduras, con el objetivo de frenar la creciente migración hacia territorio estadounidense.
Estados Unidos destinará 4.800 millones de dólares -provenientes de recursos públicos y privados- en México, incluyendo 2.000 millones para el sur mexicano.