México/AFP
El gobierno mexicano y la tribu indígena Tohono O’odham, que habita en una zona desértica entre México y Estados Unidos, llevaron ante la CIDH un reclamo contra el muro fronterizo que busca construir el presidente estaounidense, Donald Trump.
Ambas partes presentaron el viernes «una petición ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con el fin de detener la construcción del muro fronterizo», informó un comunicado divulgado este sábado por la dirigencia indígena.
El polémico muro con el que Trump promete detener a indocumentados, criminales y drogas afectaría una zona entre el estado mexicano de Sonora y el estadounidense de Arizona.
El territorio antaño era todo de México pero quedó dividido tras la guerra de 1847 con Estados Unidos, aunque los Tohono O’odham la transitan libremente gracias a un acuerdo binacional.
La petición ante la CIDH llama a que se respeten distintos instrumentos internacionales, sobre todo el artículo 36 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
«Los pueblos indígenas, en particular los que están divididos por fronteras internacionales, tienen derecho a mantener y desarrollar los contactos, las relaciones y la cooperación (…) a través de las fronteras», cita el comunicado.
Al presentar la petición ante la CIDH, la gobernadora tradicional de la comunidad indígena, Alicia Chuhuhua, explicó que el muro «destruiría el ecosistema tan importante para los miembros de su tribu».
Por su parte, Jaime Martínez Veloz, comisionado gubernamental mexicano para el diálogo con los pueblos indígenas, recalcó que si Estados Unidos viola los instrumentos en la materia «no solo sería un golpe para la etnia sino para el derecho internacional y las Naciones que integran la OEA y la ONU».
Los Tohono O’odham se han venido pronunciado contra el muro de Trump y la semana pasada la AFP fue testigo de una ceremonia en la que con danzas y cantos ancestrales invocaron a su tótem, el águila.
Cerca de 3.000 tohonos viven en la zona, la inmensa mayoría del lado estadounidense, y aunque pueden transitar libremente por la frontera, sus movimientos se han visto limitados en los últimos años por una valla fronteriza ya existente.
Hace unos años, la tribu cruzaba por nueve puertas fronterizas a lo largo de 120 kilómetros, pero ahora sólo queda una.
Pero el reclamo contra el muro no es unánime, pues algunos dirigentes del lado estadounidense temen perder los apoyos económicos que Washington les otorga
El muro de Trump ha contribuido a sumir a la relación entre ambos países en su mayor crisis en décadas, sobre todo por su reclamo de que México pague la obra, a lo que se opone el gobierno mexicano.