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El gobierno de Estados Unidos aprobó este miércoles una licencia para que la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) importe por primera vez en su historia crudo ligero para mejorar su sistema de refinación a cambio de la exportación de crudo pesado al país vecino.
Este «intercambio» permitirá a México reducir la producción de combustóleo y «favorecer la obtención de combustibles de mayor valor como las gasolinas y diesel» en sus refinerías en el centro del país, search generando «mayores márgenes económicos» para Pemex, dijo la compañía en un comunicado.
Gracias a esta licencia, Pemex podrá importar hasta 75.000 barriles diarios de crudo ligero durante un año a cambio de la exportación de barriles de crudo pesado para las refinerías de alta conversión de la costa norte del Golfo de México de Estados Unidos.
«Por primera vez México importa crudo de otro país y lo hace por una razón económica», explicó a la emisora RadioFórmula José Manuel Carrera, director corporativo de Alianzas y Nuevos Negocios de Pemex.
Carrera dijo que, aunque éste será un «aligeramiento menor» para el millón de barriles que México refina al día, el «impacto al rendimiento de las refinerías es importante».
Calculó que México podrá importar anualmente unos 27 millones de barriles de crudo extraligero de Estados Unidos que, una vez refinado, servirá principalmente para el consumo interno pero también para la exportación.
De hecho, estimó que el intercambio podría generar un beneficio para Pemex de 2 dólares por cada barril, pudiendo suponer unos 90.000 dólares diarios.
A mediados de 2014, Pemex Comercio Internacional (PMI) presentó al Departamento de Comercio de Estados Unidos la propuesta de intercambio con el objetivo de optimizar la operación de las refinerías del país y maximizar el valor de las exportaciones de crudo mexicano, recordó la empresa.
Con esta licencia, México y Canadá son los únicos países que exceptúan la prohibición de la exportación de crudos en Estados Unidos, celebró el directivo de Pemex.
La compañía afronta desde hace años una drástica baja de su producción, lo que llevó al gobierno a impulsar en 2013 una reforma energética que abrió este sector monopolizado a la inversión privada por primera vez en más de 75 años.
La producción de la mayor compañía mexicana, y vital para sus finanzas públicas, cayó de los 3,4 millones de barriles diarios en 2004 a los 2,2 millones en el segundo trimestre de 2015.