México / AFP
Sofia Miselem / Jennifer González Covarrubias
El izquierdista Andrés Manuel López Obrador juró como presidente de México prometiendo «transformar» a la segunda potencia latinoamericana, combatir la corrupción y modificar el modelo «neoliberal», lo cual tiene preocupados a los mercados.
«Hoy comienza un cambio de régimen político. A partir de ahora, se lleva a cabo una transformación pacífica y ordenada pero al mismo tiempo profunda y radical, porque se acabará con la corrupción y con la impunidad que impiden el renacimiento de México», dijo ante el Congreso.De 65 años y también conocido como AMLO por sus iniciales, será presidente para el periodo 2018-2024 tras ganar la elección con más de 53% de los votos y en su tercer intento.
El estilo de López Obrador, que no vivirá en la residencia presidencial de Los Pinos, que viajará en vuelos comerciales tras poner a la venta el lujoso avión presidencial y carecerá de guardias presidenciales, ha despertado inquietudes porque su partido, Morena, es mayoría absoluta.
En su mensaje no citó directamente la violencia ligada al narcotráfico que golpea a México, donde se registran más de 200.000 asesinatos -según cifras oficiales- desde diciembre de 2006, cuando se lanzó el controvertido operativo militar antidrogas.
Refrendó la creación de una guardia nacional con decenas de miles de militares, una propuesta duramente criticada por defensores de derechos humanos por considerar que ratifica la estrategia militar cuando en campaña dijo que los soldados regresarían a sus cuarteles.
Uno de los problemas más apremiantes que hereda es la caravana de miles de migrantes centroamericanos estacionada en la frontera con Estados Unidos. El domingo el canciller Marcelo Ebrard y su par estadounidense Mike Pompeo se reunirán en Washington.
– Neoliberalismo, igual a desastre –
Ante invitados especiales de todos los colores políticos, López Obrador dijo: «la política económica neoliberal ha sido un desastre, una calamidad para la vida pública del país».
No dio un mensaje directo a los mercados, nerviosos desde que anunció que cancelará el nuevo aeropuerto de Ciudad de México tras una polémica consulta organizada por su partido. Sostuvo que no aumentará impuestos y que respetará la autonomía del Banco de México (central).
«Me comprometo (…) a que las inversiones de accionistas nacionales y extranjeros estarán seguras», añadió.
Llamó a Estados Unidos y a Canadá a reforzar sus lazos comerciales en su nuevo acuerdo comercial, firmado el viernes.
Enumeró sus grandes promesas, como apoyos económicos a adultos mayores y estudiantes, asegurando que gran parte de los recursos se obtendrán del ahorro y de la lucha contra la corrupción.
El presidente criticó la reforma energética que impulsó su antecesor, Enrique Peña Nieto, aunque sin amagos de modificarla, y se comprometió a construir una refinería en tres años para abaratar combustibles.
– Combate a la corrupción –
«Si me piden que exprese en una frase el plan del nuevo gobierno, respondo: acabar con la corrupción y con la impunidad», dijo López Obrador en su discurso de casi 90 minutos.
Pero señaló que esa lucha sería hacia adelante.
«Propongo al pueblo de México que pongamos un punto final a esta horrible historia y mejor empecemos de nuevo», dijo al precisar que esto será sometido a una consulta popular.
En ese momento, legisladores empezaron a contar en un grito del 1 al 43 para reclamar al final «justicia» por los 43 estudiantes de la escuela rural de maestros de Ayotzinapa desaparecidos desde septiembre de 2014, caso no resuelto y que manchó a Peña Nieto.
«Hoy se constituye una comisión de la verdad para castigar los abusos de autoridad, para atender el caso de los jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa», dijo el nuevo presidente.
En el Congreso estuvieron presidentes de izquierda latinoamericanos, como el boliviano Evo Morales y el ecuatoriano Lenin Moreno. El venezolano Nicolás Maduro no llegó al Legislativo, pero estuvo en Palacio Nacional para un almuerzo que ofrecióLópez Obrador.
– Bastón de mando –
Tras su investidura y en un acto inédito, López Obrador recibió de representantes indígenas en el Zócalo capitalino (plaza central) el bastón de mando, símbolo de respeto y de compromiso con los pueblos originarios.
«Luego de recibir el bastón de mando de los pueblos originarios de nuestra gran nación, reafirmo el compromiso de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo de México», dijo tras la ceremonia López Obrador en un discurso ante miles de personas.
Muchos mostraban su entusiasmo por el inicio del nuevo gobierno. «Yo sé que tomará buenas decisiones, como él dice no tiene derecho a fallarnos», dijo Raúl Sánchez, contador de 28 años.
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