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Por Guillermo Barros
México/AFP
México inició martes el proceso judicial contra Joaquín «El Chapo» Guzmán, capsule considerado el narcotraficante más poderoso del mundo, ampoule pero dejó la puerta abierta a aceptar una extradición a Estados Unidos siempre que haya obtenido antes información valiosa del capo.
Dos juzgados federales ordenaron abrir sendos procesos penales contra Guzmán por cargos de delincuencia organizada -al menos uno de ellos vinculado a tráfico de drogas- pero rechazaron por falta de pruebas otra acusación de la fiscalía por venta de cocaína.
Estos son los primeros cargos que se le imputan al líder del cártel de Sinaloa tras ser recapturado el pasado sábado, prescription pero la fiscalía mexicana planea presentar más acusaciones por delitos como uso de recursos de procedencia ilícita y posesión de armas reservadas a las fuerzas armadas.
Guzmán, de 56 años, fue detenido en un operativo de la Marina Armada de México en uno de los apartamentos de un turístico condominio de Mazatlán (estado de Sinaloa), donde se encontraba con su esposa y dos hijas mellizas de dos años.
La acción contó con la colaboración de inteligencia y tecnología de Estados Unidos, donde han surgido voces que apremian a una rápida extradición del capo por temor a que protagonice una nueva fuga de prisión como la de 2001.
Al tiempo que Guzmán ha iniciado una estrategia legal para impedir su extradición, el gobierno mexicano descarta enviarle de forma inmediata a Estados Unidos, donde tribunales de al menos siete distritos lo requieren por la introducción de masivos cargamentos de cocaína y lavado de dinero.
En cambio, el ejecutivo de Enrique Peña Nieto no descarta aceptar más adelante un pedido de extradición de Estados Unidos, si éste se concreta.
«Hoy hablé con el procurador de Estados Unidos (Eric Holder). Me planteó la posibilidad y le dije que es un asunto que tenemos que revisar y actuar en función de lo que sea lo más conveniente», dijo el fiscal general mexicano, Jesús Murillo Karam, a la emisora Radio Fórmula.
Otro miembro del gabinete mexicano, el ministro de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, dijo que se pretende que Guzmán sea primero sentenciado por los delitos cometidos en los últimos años en México.
De su lado, el capo quiere eludir una extradición inmediata a Estados Unidos por lo que sus abogados ya han interpuesto un recurso preventivo, que deberá ser resuelto por un juez en los próximos días.
Otros poderosos capos mexicanos, como Osiel Cárdenas Guillén (cártel del Golfo) y Benjamín Arellano Félix (cártel de Tijuana), fueron extraditados en años pasados a Estados Unidos.
Sacar información a «El Chapo»
La organización de Guzmán ha estado inmersa en las cruentas pugnas por el control del narcotráfico en México, que han causado la mayoría de los alrededor de 80.000 asesinatos ocurridos desde que el expresidente Felipe Calderón lanzó en 2006 al ejército contra los cárteles.
De Guzmán «lo que necesitamos nosotros es información», recalcó Osorio Chong.
Para la captura de «El Chapo» fueron fundamentales los testimonios recabados entre la docena de personas detenidas en el marco de la fuerte ofensiva de la Marina en Sinaloa (noroeste), de acuerdo con fuentes de la fiscalía mexicana.
Esa operación también tenía como objetivo dar con el veterano Ismael «El Mayo» Zambada, quien es visto como el sucesor natural al frente del cártel de Sinaloa.
«Esto es el principio de toda una investigación profunda, que nos permita erradicar de lleno a la organización», aseguró Murillo Karam, que no quiso precisar si Guzmán está colaborando con información.
El diario La Jornada publicó este martes, citando a fuentes anónimas gubernamentales y militares, que la fiscalía mexicana ofrecerá a «El Chapo» acogerse al programa de testigos protegidos para que proporcione información sobre funcionarios y empresarios vinculados con su cártel, así como de narcotraficantes rivales o aliados a «El Mayo».
Osorio Chong negó que se le haya ofrecido ningún pacto a Guzmán a cambio de información.
Temor a nueva fuga
«El Chapo» ya había sido detenido en 1993 y condenado a 20 años de prisión pero logró fugarse de la cárcel de alta seguridad de Puente Grande (oeste) en 2001, aparentemente escondido dentro de un carrito con ropa sucia.
La fuga de «El Chapo» generó un gran escándalo en México y numerosas acusaciones de colaboración de custodios y de corrupción de altos funcionarios mexicanos, además de convertir a «El Chapo» en un símbolo de la incapacidad del Estado para enfrentar a los cárteles.
El presidente del Comité de Seguridad Interior del Congreso estadounidense, el republicano Michael McCaul, pidió que Guzmán sea llevado a una prisión de Estados Unidos «de la que no podrá escapar» y donde recibirá una sentencia «de encarcelamiento de por vida».
Osorio Chong recalcó que no existe riesgo de una nueva huida del capo, encarcelado en el penal de El Altiplano, cercano a la capital. Se han tomado «todas las medidas para evitar una fuga más de este delincuente», afirmó.
Este martes la fiscalía mexicana dio a conocer públicamente los detalles del proceso de identificación de Guzmán, ante el escepticismo que siempre tiene una parte de la sociedad mexicana cada vez que se anuncia la caída de un capo.
