Kazán/Rusia/dpa
México se jugará mañana el pase a semifinales de la Copa Confederaciones de fútbol de Rusia, enfrentándose a la selección anfitriona en un partido a todo o nada que promete ambiente y emociones dignas de una final. “Jugar en Rusia, con un 90 por ciento de público ruso y un rival que se juega la clasificación es un escenario extraordinario para el fútbol mexicano y sus jugadores”, anticipó el técnico Juan Carlos Osorio sobre el encuentro en el imponente Kazán Arena.
Para México, primero del Grupo A con los mismos puntos y más goles que Portugal, la cuenta es clara: un empate le aseguraría un lugar entre las cuatro mejores. Rusia, en cambio, está obligada a ganar. El empate solo le serviría con una improbable derrota del Portugal de Cristiano Ronaldo frente a la débil y ya eliminada Nueva Zelanda.
Pero México tendrá mucho que afinar si quiere evitar sustos. El ganador de la Copa de Oro jugó con fuego en el duelo anterior con Nueva Zelanda, que lo sorprendió incluso adelantándose en el marcador, y coqueteó con una derrota que habría sentenciado prácticamente su suerte en el torneo.
La remontada evitó el desastre, pero no las críticas a Osorio y, en particular, a su polémica política de rotaciones: en Sochi sacó un equipo con ocho cambios en comparación con el once del buen debut con Portugal y dejó en el banco todo el partido al máximo goleador histórico del equipo, Javier “Chicharito” Hernández.
Osorio defendió hoy su sistema como un modo de estimular la competencia interna y de cuidar el físico de los jugadores, pero lo cierto es que el partido en Sochi dejó otra mala noticia: la lesión de Carlos Salcedo, que afronta una baja de tres meses y ya dejó el plantel para recuperarse del hombro.
También Héctor Moreno tuvo que dejar el campo con una molestia. Osorio evitó confirmar hoy si podrá jugar mañana. Tampoco lo hizo con Rafael Márquez, que se recupera de una operación en la espalda y disputó los últimos minutos ante Nueva Zelanda. Lo que es seguro es que el técnico volverá a alinear un equipo muy similar al que convenció en el debut con Portugal y que se presenta, más allá de los experimentos del colombiano, como el que más garantías ofrece hoy a México.
Menos previsible es el plan ruso. El entrenador Cherchesov aclaró que esperará al último momento para definir el once que lidera el delantero Fedor Smolov. “Decidiré en función del oponente, pero mirando el estado de mis jugadores”, avisó Cherchesov.
En medio de una enorme presión por brillar en su torneo, Rusia acalló las dudas con la victoria en el partido inaugural ante Nueva Zelanda y convenció plantando cara a Portugal en un partido definido solo por un temprano gol de Cristiano Ronaldo.
El esfuerzo pasó factura. Cherchesov cambió la práctica prevista para el miércoles en Moscú por una sesión de regeneración para dar aire a los jugadores. “
Esto se convirtió para nosotros y para ellos en una especie de final”, avisó. “Sabemos lo que hay que hacer”.
El último enfrentamiento entre ambos, hace 23 años, fue en amistoso que acabó con victoria rusa por 4-1. México podrá mañana tomarse algo más que una revancha: un punto lo colocaría en semifinales del torneo que ya conquistó en 1999, muy posiblemente frente a Alemania o Chile.