Ciudad Juárez / AFP
Elementos de la Guardia Nacional mexicana, policías y agentes migratorios reforzaban la vigilancia en Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos, para impedir el paso de migrantes indocumentados en medio de fuertes tensiones entre ambos gobiernos por el tema migratorio.
En un recorrido por la zona del río Bravo, poco caudaloso y que marca la frontera entre ambos países, la AFP constató la presencia de guardias nacionales distribuidos en grupos, además de policías federales y locales.
México «le está haciendo el trabajo a Estados Unidos”, denunció ante la prensa el sacerdote Francisco Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante de Ciudad Juárez, fronteriza con El Paso, Texas.
Ante la oleada de migrantes, principalmente centroamericanos, que en los últimos meses ha recorrido México tratando de cruzar ilegalmente su frontera norte, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha lanzado duros reclamos al gobierno mexicano, al que incluso amenaza con imponer aranceles si no detiene el tráfico de indocumentados.
Tras un acuerdo inicial, el gobierno mexicano del presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador se comprometió a desplegar a 7.000 guardias nacionales en la zona sur del país mientras que en la frontera norte se ha incrementado la vigilancia, aunque no se ha informado del número de elementos desplegados.
En los últimos días se han observado a grupos de migrantes, en su mayoría centroamericanos además de cubanos y algunos venezolanos y brasileños, tratando de burlar la creciente vigilancia.
Con mochilas y niños en brazos, los migrantes buscan lanzarse sobre la valla fronteriza para luego entregarse a la Patrulla Fronteriza y solicitar refugio a autoridades estadounidenses.
Pero no todos logran burlar a la Guardia Nacional, por lo que entre lagrimas y súplicas de que los dejen cruzar, algunas familias son divididas cuando parte de ellas cruzan el río y otras son entregadas a agentes migratorios.
El desligue de elementos de la Guardia Nacional, que apenas está siendo creada, ha sido duramente criticado pues se trata de militares a los que sólo se les ha colocado una insignia de «GN» sin haber recibido la preparación que legalmente deben tener para intervenir en asuntos de orden civil.
«¿Cómo te atreves a mandar a alguien que no está preparado? Ese no es el trabajo del Ejército, la Policía Federal no está preparada para atender migrantes. Yo no entiendo esta política, es una clara violación a los derechos humanos, no vienen a cuidar, más bien vienen a detenerlos», añadió Calvillo.
Los migrantes deben esperar meses para tener su audiencia y algunos han sido regresados a México mientras llega su turno. Según la cancillería, México ha recibido a unos 14.000.
Estados Unidos ha registrado cifras récord de detenciones de migrantes sin papeles, a los que Trump considera una «amenaza» para la seguridad de Estados Unidos.