El Partido de los Trabajadores se está preparando para regresar, y gobernar este país, afirmó Lula en una entrevista que publica este viernes el diario británico The Guardian.
El exlíder obrero, quien fue liberado hace dos semanas de la prisión donde estuvo encerrado por razones políticas durante 580 días, se rehusó, no obstante, a confirmar si se presentará como candidato a la presidencia en las elecciones de 2022.
En 2022 tendré 77 años, y la iglesia católica, que tiene dos mil años de experiencia, retira a sus obispos a los 75, bromeó Lula.
De acuerdo con el exmandatario, quien ejerció dos mandatos de gobierno consecutivos entre 2002 y 2010, el actual presidente, quien está alineado con la extrema derecha, pretende destruir todas las conquistas sociales y democráticas alcanzadas en las últimas décadas.
Esperemos que Bolsonaro no destruya a Brasil. Esperemos que haga algo bueno por el país?pero lo dudo, remarcó Lula, quien denunció los vínculos del gobernante con elementos paramilitares locales, y calificó de bochornosa su sumisión a Estados Unidos y al presidente Donald Trump.
En opinión del líder del Partido de los Trabajadores, la postura adoptada por el actual gobierno contribuye a dar una imagen negativa de Brasil, donde la propagación del odio, dijo, se ha convertido en algo de todos los días.
La gente votó por Bolsonaro principalmente porque Lula no era candidato, aseveró el exlíder obrero, en alusión al amañado juicio por supuestos delitos de corrupción que se le inició antes de las elecciones de 2018 para impedir que aspirará nuevamente a la presidencia.
Tras pasar 580 días en prisión, Lula fue liberado el 8 de noviembre pasado por decisión del Tribunal Supremo de Brasil tras comprobarse que hubo alteraciones en el proceso que dirigió el entonces juez Sergio Moro, quien luego se convirtió en ministro de Justicia del actual gobierno.
Al respecto, el expresidente aseguró a The Guardian que el apoyo brindado por los cientos de seguidores acampados durante meses frente a la cárcel de Curitiba fue fundamental para poder sobrevivir al encarcelamiento.
Salí de prisión con un corazón mucho más grande. Gracias a los activistas no se me amargó, comentó.
Lula dijo además sentirse feliz por el regreso de la izquierda en Argentina y México, y condenó lo que calificó como un golpe de Estado contra el presidente Evo Morales en Bolivia.
Lo que le hicieron fue un crimen. Fue un golpe (de Estado), y eso es algo terrible para América Latina, afirmó.