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Yaneth Estrada
@caricheop
Micro y Medianos empresarios salvadoreños afectados por el cierre económico debido a la pandemia de COVID-19 esperan con mucha esperanza la apertura de la fase II, el próximo 24 de agosto.
Carlos Burgos, dueño de un pequeño café en las afueras de San Salvador, explicó que ya son 5 meses cerrados, pidiendo prolongación de préstamos bancarios y pago de alquiler. Tenía un año de iniciar su emprendimiento, cuando llegó la pandemia, esto incluyó remodelación y compra de insumos para la cafetería, que ahora es la fuente de empleo para 4 familias.
“Estamos esperando, tratando de cumplir las medidas de seguridad, pero principalmente, motivados en que lleguen los clientes para poder salir adelante con las deudas”, explicó. De los tres restaurantes cercanos, sólo dos se mantienen con la expectativa de abrir nuevamente, uno cerró definitivamente.
Tifanny Rodríguez tenía una pequeña tienda de ropa y accesorios en Santa Tecla, la pandemia y la cuarentena domiciliaria obligatoria la obligó a cerrar. Sin fuente de empleo, decidió junto a sus empleadas realizar entregas a domicilio de carteras, ropa y accesorios.
Con expectativas
También, Ernesto Montano, de Beautiful Women, espera que la economía mejore, tras meses cruciales. Ahora con nueva mercadería ofrece una línea de diseños exclusivos para jóvenes y damas de la diseñadora salvadoreña Marcela Enríquez.
“Debido a la situación del país, estamos implementando lo que es venta de ropa para dama por encargo, porque estamos trabajando con una diseñadora exclusiva llamada Marcela Enríquez, y con maquillaje Mary Kay”, relató el empresario.
Montano detalló que existe el temor al COVID-19, pero también hay compromisos económicos que debe solventar con 2 sucursales.
Datos oficiales confirman la baja de casos en el país de un 35%, por lo que muchos micro y pequeños empresarios, con precauciones, esperan abrir nuevamente las puertas de sus
establecimientos y llevar el sustento a sus familias.
De acuerdo a FUNDAUNGO, en términos de la producción, estimaciones propias calculan una caída del PIB en 7.4 %. En términos del empleo, se espera que esta coyuntura provoque secuelas de mediano y largo plazo, como la pérdida masiva de empleos formales y disminución de actividades en el sector informal. Mientras que en términos fiscales para el Estado, el paro en la actividad económica implica una reducción en los ingresos y un aumento del gasto que provocaría un deterioro de la posición fiscal del país.
