Washington / PL
Martha Andrés Román
Corresponsal jefa de Prensa Latina en Estados Unidos
Un libro pone nuevamente en jaque a la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, con detalles que muestran una imagen caótica de la Casa Blanca del republicano, quien de inmediato atacó el contenido del texto.
Quienes ven similitudes entre el Gobierno de Trump y el de Richard Nixon (1969-1974) pueden añadir ahora un nuevo elemento: Bob Woodward, uno de los periodistas que reportó el escándalo Watergate, el cual condujo a la renuncia del fallecido exmandatario, es precisamente el autor del alarmante volumen sobre el actual jefe de Estado.
‘Miedo: Trump en la Casa Blanca’, es el título del libro que saldrá a la venta el próximo 11 de septiembre, pero del cual se hicieron eco el 4 de septiembre medios estadounidenses de prensa que tuvieron acceso a sus 448 páginas.
Según los reportes, para elaborar el material el ganador del premio Pulitzer sostuvo cientos de horas de entrevistas con participantes de primera mano, algunos de los cuales aún trabajan con el presidente, por lo que se omiten sus nombres; al tiempo que empleó notas de reuniones, diarios personales y documentos gubernamentales.
Entre el caos y los intentos de prevenir desastres
El libro retrata una Casa Blanca con luchas internas implacables y una cultura de trabajo tóxica y volátil, en la que muchos asesores y miembros del gabinete describen al presidente como inestable y desinformado, señaló The New York Times.
A su vez, The Washington Post indicó que un tema central de ‘Miedo’ son las maquinaciones furtivas usadas por aquellos en el círculo cercano de Trump para tratar de controlar sus impulsos y prevenir desastres, tanto para el mandatario en lo personal como para la nación.
De acuerdo con el diario, Woodward describe ‘un golpe de Estado administrativo’ y un ‘ataque de nervios’ del poder ejecutivo, con asesores experimentados que conspiran para arrancar papeles oficiales del escritorio del presidente con el fin de evitar que él los viera o los firmara.
Una y otra vez, el autor cuenta en detalle cómo el equipo de seguridad nacional de Trump fue sacudido por su falta de curiosidad y conocimiento sobre los asuntos mundiales, y su desprecio por las perspectivas principales de los líderes militares y de inteligencia, añadió la publicación.
Desde la Oficina Oval hasta la Sala de Crisis y la residencia de la Casa Blanca, Woodward usa entrevistas confidenciales para ilustrar cómo algunos de los principales asesores del presidente lo ven como un peligro para la seguridad nacional y han intentado eludir al comandante en jefe, coincidió CNN.
Según la televisora, el jefe de personal de la mansión ejecutiva, John Kelly, ha descrito a Trump en conversaciones como un ‘idiota’ y ‘desquiciado’; mientras el secretario de Defensa, James Mattis, llegó a referirse a él como alguien con el entendimiento de un niño de ‘quinto o sexto grado’.
Es un idiota. No tiene sentido tratar de convencerlo de algo. Se ha descarrilado. Ni siquiera sé por qué estamos aquí, este es el peor trabajo que he tenido, diría Kelly en una pequeña reunión.
Uno de los temas abordados en el libro es que la investigación sobre la presunta interferencia rusa en las elecciones de 2016 y una supuesta complicidad con la campaña de Trump resulta una fuente constante de ansiedad para el presidente y sus abogados.
A decir del autor, John Dowd, quien fue letrado del mandatario, estaba convencido de su cliente cometería perjurio si hablaba con el fiscal especial Robert Mueller, quien encabeza esa pesquisa, por lo que el 27 de enero pasado organizó una sesión de práctica para tratar de exponer su punto.
En la residencia de la Casa Blanca, Dowd acribilló a Trump con preguntas sobre la investigación y provocó tropiezos, contradicciones y mentiras por parte del gobernante, quien eventualmente perdió la calma, citó el Post.
A su vez, el Times apuntó que Woodward también ilustró los problemas del dignatario para comprender la política de su propia administración, incluida una reunión celebrada en julio de 2017 en el Pentágono entre Trump, la cúpula militar y miembros de su gabinete.
‘¿Cuándo vamos a comenzar a ganar algunas guerras?’, se quejó el gobernante, quien criticó entonces a generales y miembros de su administración presentes en la sala.
Además, en abril de ese año, luego de que Washington acusó al Gobierno sirio de un presunto ataque químico, el mandatario llamó a Mattis para decirle que quería asesinar al presidente del país árabe, Bashar al-Assad.
Vamos a matarlos, entremos, vamos a matar a muchos de ellos, dijo entonces Trump, a lo que el secretario de Defensa contestó afirmativamente, para después de colgar el teléfono decirle a un asistente que no harían nada de eso, sino que serían más moderados, según narró Woodward.
Fue así que, de acuerdo con el texto, el equipo de seguridad nacional planeó el ataque aéreo con misiles que finalmente el republicano ordenó contra la nación levantina.
Control de daños
La agencia Associated Press manifestó que las revelaciones del volumen pusieron a la Casa Blanca en modo de ‘control de daños’, y pocas horas después de que se difundieran los detalles, la mansión ejecutiva comenzó a negar el contenido del libro.
En declaraciones al sitio conservador The Daily Caller, el propio jefe de Estado especuló que las declaraciones citadas en ‘Miedo’ podrían provenir de ‘empleados descontentos o simplemente ser inventadas’.
Tanto en su diálogo con ese medio, como en su cuenta de Twitter, se refirió a sendos comunicados emitidos por Kelly y Mattis en los cuales estos negaron haber hablado del presidente en los términos recogidos en el material.
La idea de que alguna vez lo llamé idiota no es verdad. Como dije en mayo y aún mantengo: paso más tiempo con el presidente que nadie, y tenemos una relación increíblemente sincera y fuerte. Él siempre sabe cómo pienso, y él y yo sabemos que esta historia es una completa basura, indicó el jefe de gabinete.
Kelly añadió que ‘este es otro intento patético de difamar a personas cercanas al presidente Trump y distraer de los muchos éxitos de la administración’.
A su vez, Mattis sostuvo que las palabras despectivas que se le atribuyen en el libro de Woodward nunca fueron pronunciadas por él o en su presencia. ‘Esta es una marca de literatura única de Washington, y sus fuentes anónimas no le dan credibilidad’.
No son más que historias inventadas, muchas de ellas dichas por antiguos empleados descontentos para hacer que el presidente se vea mal, expresó una declaración de la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
Trump publicó en Twitter cada uno de esos comunicados, y sugirió, sin proporcionar evidencias, que el lanzamiento del libro fue programado para afectar las elecciones de mitad de término en noviembre próximo.
El libro de Woodward ya ha sido refutado y desacreditado por Mattis y Kelly. Sus citas son inventadas, una estafa al público. Del mismo modo otras historias y citas. ¿Woodward es un operativo demócrata? ¿Se dan cuenta del momento?, escribió.
Tras las críticas de la presidencia, el autor del libro envió una declaración al Post en la que dijo que ratificaba los reportes contenidos en su obra.