Lisboa/dpa
La selección portuguesa de fútbol llegó hoy a Lisboa, donde varios miles de aficionados recibieron al equipo en un clima de fiesta y euforia tras el título de campeón de Europa logrado el domingo en Francia.
El grupo liderado por Cristiano Ronaldo aterrizó a las 12:39 (hora local) en el aeropuerto Humberto Delgado, en la capital lusa, donde muchas personas faltaron hoy al trabajo para celebrar el momento histórico del fútbol nacional.
Los primeros en salir del avión fueron el entrenador, Fernando Santos, y el capitán, Cristiano Ronaldo, con la copa en sus manos.
El trofeo fue a parar luego a las manos de Pepe, quien pisó con él suelo portugués, acompañado por Nani por delante y Ricardo Quaresma a su lado. «¡Campeones! ¡Campeones! ¡Somos campeones!», escuchó el equipo pronto en la pista de aterrizaje.
Con las medallas de oro en el pecho, los jugadores subieron a un bus descapotable para recorrer las calles de Lisboa. Pronto sonaron los acordes del grupo decano del rock portugués, Xutos & Pontapés, cuya canción «La nostalgia que tenía de mi alegre casita» se entonó también en el Stade de France al final del partido del domingo.
El viaje desde el aeropuerto de Orly, en París, se hizo en un avión de la aerolínea portuguesa TAP denominado «Eusébio».
El histórico jugador del país, que murió en 2014 sin ver al equipo nacional ganar un trofeo, no fue olvidado. En el frente del autobús que salió esta mañana de Marcoussis, cuartel general de los lusos en Francia, el trofeo de la Eurocopa de 2016 estaba acompañado de una fotografía de la «Pantera Negra».
Una vez en Portugal, el vehículo que recogió a los jugadores pasó después muy lentamente por un mar de gente que esperaba a la selección en el exterior del aeropuerto, con los jugadores muy sonrientes agitando, saltando, gritando y cantando: «¡Portugal Allez! ¡Portugal Allez!».
Mientras los fans sobrepasaban todos los perímetros de seguridad, el trofeo pasó de mano en mano entre los jugadores, siempre a la vista de los aficionados, exultantes con la llegada de la selección portuguesa.
Había tantas personas que intentaban proseguir camino con la selección que fue casi imposible salir de la zona del aeropuerto. Hubo aficionados que todavía corrieron detrás del autobús ya en la carretera principal.
Vestida en su mayoría con los colores de la selección, la gente agitó con entusiasmo banderas y bufandas de Portugal. Aunque muchos fans sufren ya de afonía, el himno nacional fue entonado varias veces.
Muchos de los que esperaban a la selección han dormido poco o nada esta noche, que fue de fiesta en todo el país. En Lisboa, el Marqués de Pombal, el Terreiro do Paço y la Alameda D. Afonso Henriques se llenaron de gente. En Oporto, la alegría se centró en la Avenida dos Aliados.
Los jugadores portugueses abandonaron la zona del aeropuerto de Lisboa unos 40 minutos después de arribar y siguieron hasta al centro de la capital portuguesa y en dirección a Belén, donde los recibirá el presidente. Marcelo Rebelo de Sousa condecorará a todo el equipo con el grado de Comendador de la Orden de Mérito. Al lado del palacio presidencial, otra multitud espera al equipo.
Tras la ceremonia oficial, el equipo se dirigirá a la Alameda D. Afonso Henriques para celebrar más de cerca con los aficionados y mostrarles el trofeo. La policía espera una gran afluencia a esta zona de Lisboa y que éste sea el momento de la apoteosis.