PL/Diario Co Latino
Managua. Miles de nicaragüenses arropados por el fervor revolucionario y las ansias de paz en el país se congregaron hoy en la capitalina Plaza de la Fe para conmemorar el aniversario 39 del triunfo de la Revolución popular sandinista.
“Aquí Nicaragua libre y unida, FSLN puro amor, Daniel se queda, Nicaragua quiere paz” son algunas de las consignas que acompañan el clamor del pueblo que vistió el rojinegro de la enseña del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en defensa de las conquistas socioeconómicas.
Con la presencia del presidente Daniel Ortega y la vicemandataria Rosario Murillo ciudadanos de varias regiones del país celebraron la efeméride al ritmo de canciones testimoniales, contagiados de alegría y el calor característico de este país.
La bandera azul y blanco ondeó esta vez no solo para evocar el espíritu de lucha y amor patrio de los pinoleros, sino en reclamo de paz, seguridad y vida, ante la crisis sociopolítica y el intento de golpe de Estado en el país.
En esta ocasión acompañan la conmemoración los cancilleres de Venezuela y Cuba, Jorge Arreaza y Bruno Rodríguez, respectivamente.
En ruta hacia nuevas victorias conmemoran los nacionales la gesta que en 1979 puso fin a décadas de dictadura y abrió una etapa de cambios transcendentales en el país, según refirió Murillo, quien convocó una celebración en cristianismo, amor al prójimo, socialismo y solidaridad.
Obispos eran parte de los golpistas
“Me dolió que mis señores obispos tuvieran esa actitud de golpistas”, dijo el presidente de Nicaragua Daniel Ortega, quien se declaró católico, durante el discurso ante multitudinaria concentración, en Managua, al celebrar el 39 aniversario de la Revolución sandinista.
Ortega dijo que los obispos en vez de ser mediadores en el diálogo convocado para ponerle fin a la violencia que habían provocado los golpistas, a mediados de abril “tomaron partido” y “querían provocar un golpe de Estado”. “Ellos no esperaron consenso, simplemente aparecieron con un ultimátum” de tres días para quitar toda la institucionalidad, incluida la marcha de Ortega de la Presidencia. En su discurso, ante una asistencia multitudinaria, Ortega explicó todo el plan golpistas, y cómo utilizaron las iglesias y la universidad para esconder armas y a los grupos violentos.
Ortega enumeró los nombres de más de una veintena de oficiales de policía asesinados por los golpistas en las acciones violentas desarrolladas entre abril a la fecha, así como el asesinato de militantes sandinistas y las lesionados a cerca de 300 policías, con lo que demostró que las acciones de las protestas de los golpistas no eran cívicas.
La prensa internacional y los medios de dereccha en Nicaragua dan cuenta de solo los muertos de los opositores al gobierno de Ortega, y nunca reportan de los muertos sandinistas ni de la autoridad.
Sacaban marchas pacíficas, y luego, venían los grupos armados y violentos a atacar a la policía y a los militantes sandinistas, denunció Ortega.
Solo un plan golpistas cuidadosamente planificado podía amenazar a once años de salud en Nicaragua, once años de estabilidad, de crecimiento, de confianza para inversionistas propios y extranjeros, y de tranquilidad social.
Ortega insistió en que hay que luchar por la paz, pero “con firmeza, con inteligencia, sin odio, y activando los mecanismo de autodefensa.
Ortega, pidió a quienes están promoviendo la violencia en Nicaragua que rectifiquen y contribuyan a generar la paz, y sacar adelante al país centroamericano.