Ciudad de Guatemala / AFP
Edgar Calderón / Henry Morales Arana
A un mes de la potente erupción del volcán de Fuego en Guatemala, que dejó más de 300 muertos y desaparecidos, miles de damnificados permanecen en albergues temporales mientras el gobierno define un plan de reubicación para intentar rehacer sus vidas.
En total son 3.643 las personas que permanecen en 16 albergues habilitados por el gobierno del presidente Jimmy Morales, la mayoría del devastado poblado de San Miguel Los Lotes, al pie del volcán, declarado inhabitable por las autoridades.
El pasado 3 de junio el volcán de Fuego, de 3.763 metros de altura y ubicado a 35 km al suroeste de la capital, registró una potente erupción que dejó 113 muertos y 197 desaparecidos.
El secretario de protección civil, Sergio Cabañas, indicó que la mayoría de las personas albergadas en escuelas y centros comunales deben ser trasladadas, la primera semana de agosto, a casas multifamiliares de transición que se construyen actualmente.
Mientras tanto, las familias sobrevivientes permanecen en carpas y salones comunales donde el gobierno y entidades civiles brindan alimentos, servicios de salud y productos de higiene.
El funcionario comentó que en la estatal finca La Industria, en Escuintla, unos 40 km al sur de la capital, se están construyendo 40 albergues de madera denominados de transición, donde serán ubicadas cuatro familias en cada uno de ellos.
En ese mismo inmueble, la organización TECHO construirá 130 módulos habitacionales transitorios con aportes de empresas y el apoyo de voluntarios.
«Van a ser trasladados paulatinamente, de los albergues de emergencia a los albergues de transición», detalló Cabañas. Otra construcción temporal se hará en el vecino departamento de Sacatepéquez para trasladar a los afectadas de ese departamento.
El gobierno anunció que construirá un millar de casas para las familias afectadas en La Industria, un proyecto definitivo que será sometido a licitación para empresas privadas.
El Ejecutivo tiene previsto además apoyar durante 10 meses a las familias afectadas por la tragedia con un aporte mensual de unos 467 dólares.
El volcán sigue activo
Después de un mes de la mortal erupción, el volcán se mantiene activo con explosiones de ceniza, mientras las lluvias provocan el arrastre de sedimentos.
El coloso registra de 2 a 3 explosiones débiles por hora y columnas de ceniza gris a casi 1.000 metros sobre el cráter, reveló este martes el Instituto de Sismología.
Indicó que las explosiones generan sonidos débiles similares al de una turbina de avión, los cuales originan deslizamientos en el contorno del cráter.
Los deslizamientos llamados lahares, formados por lodo y sedimento volcánico, afectan varias áreas aledañas al coloso.
La fuertes lluvias que afectan esa región también han provocado grandes lahares que han arrastrado sedimentos de hasta tres metros de diámetro.
Pese al peligro, familiares de las víctimas siguen llegado a San Miguel Los Lotes para buscar a sus seres queridos, donde predomina la desolación.
En ese lugar, sepultado por toneladas de sedimentos volcánico, tierra, troncos y piedras, aún permanecen como testigos mudos los restos de techos de casas, prendas de vestir, zapatos, juguetes y utensilios de cocina.
Debido a que la emergencia continúa, el presidente Morales anunció el lunes que prorrogó por 30 días el estado de calamidad en tres departamentos afectados por la erupción: Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango.
La decisión permite que se puedan continuar las acciones de reconstrucción, rehabilitación y atención a damnificados por la erupción.
Con la medida, que deberá ratificar el Congreso, se podrá agilizar la compra de bienes y contratación de servicios relacionados con la emergencia.
En medio de los trabajos, la Procuraduría de los Derechos Humanos instó a «revisar y evaluar los protocolos interinstitucionales de actuación para la efectiva prevención de desastres» y atención a las víctimas.
La fiscalía inició una investigación por supuesta negligencia para evacuar los poblados, pero de momento no ha informado sobre imputaciones a funcionarios.
Datos del Banco de Guatemala (Banguat, Central) estiman que la erupción dejó pérdidas de entre 66,8 y 106,9 millones de dólares en la región afectada.