París/AFP
Casi 120.000 personas, incluyendo numerosos ferroviarios, protestaron el jueves en 133 movilizaciones en toda Francia contra el presidente, Emmanuel Macron, según datos del ministerio de Interior.
«Macron, presidente de los ricos» o «Macron, arrogante» eran algunos de los lemas que podían leerse en las pancartas o que coreaban los manifestantes de Montpellier (sur), donde un millar de personas salió a la calle, según la policía.
En total, 119.500 personas se manifestaron por toda Francia, según el ministerio de Interior, mientras que la CGT afirmó que hubo 300.000 manifestantes. Una cifra inferior a la de la última movilización de los ferroviarios y funcionarios del 22 de marzo, cuando el sindicato registró 500.000 manifestantes y la policía, 323.000.
En la manifestación de París, convocada -como el resto- por los sindicatos CGT y Solidaires, participaron 15.300 personas, según un recuento del gabinete Occurrence, que desfilaban tras una pancarta que rezaba: «Público + privado + estudiantes, juntos, paremos los retrocesos sociales».
El 22 de marzo, 47.000 personas participaron de la protesta en París, según Occurrence.
En la capital, el secretario general de la CGT, Philippe Martinez, pidió al Gobierno que «deje de tomarnos por imbéciles y nos diga qué quiere».
En la tarde del jueves estallaron algunos enfrentamientos entre los participantes de la marcha y la policía, que respondió con gases lacrimógenos cuando algunos manifestantes les lanzaron proyectiles. Un grupo de encapuchados vandalizaron la fachada de un hotel y varios escaparates y mobiliario urbano.
Entrevistado por medios de comunicación al margen de su viaje a Berlín, Emmanuel Macron aseguró que tenía «un mandato de los franceses […] que trato de mantener».
Por su parte, un 22,7% de los trabajadores de la compañía de ferrocarriles francesa SNCF -incluyendo al 66,4% de los maquinistas- hicieron huelga el jueves contra la reforma de su sector, que pone fin a la garantía del empleo para los nuevos contratados.
Una treintena de ferroviarios bloquearon el tráfico en la estación de Lille (norte) por la mañana.
Horas antes, la intersindical CGT-CFDT-Sud-Unsa de la SNCF anunció que suspendía el diálogo con la ministra de Transporte, Élisabeth Borne, a la espera de que el primer ministro Édouard Philippe se ocupe del asunto.
La movilización afectó al sector de la energía, a algunos centros educativos, a los transportes públicos de Niza (sur) y la región parisina y al sector del audiovisual público.
Además, cuatro universidades de unas 70 están bloqueadas, en protesta contra la reforma educativa que está preparando el Ejecutivo que, según los manifestantes, instaurará una «selección» para entrar en la universidad.