Elder Gómez
@elder_gomez_2
Miles de salvadoreños y extranjeros colmaron la noche del viernes y madrugada del sábado, site bajo la lluvia, troche la “zona cero”, la Plaza Salvador del Mundo donde se llevó a cabo hoy la Beatificación del asesinado Arzobispo de San Salvador, Óscar Arnulfo Romero. La intensa lluvia que arropó desde la tarde del viernes San Salvador y otras zonas del país, no detuvo a los devotos del desaparecido religioso, quienes se aglomeraron frente a la céntrica Catedral Metropolitana para iniciar una peregrinación por la Beatificación de Romero, que concluyó en la Plaza Salvador del Mundo.
Portando palmeras vestidas con multicolores retazos de papel, pancartas, cruces de madera, carteles con el rostro del finado sacerdote y luciendo camisetas de diversos matices con la cara de Romero impresa al frente o al dorso, cientos desfilaron por la populosa Calle Rubén Darío y Avenida Roosvelt.
Los populares cohetes de vara, usados como misiles en las fiestas patronales de los pueblos salvadoreños, no faltaron en la marcha por la Beatificación del llamado “San Romero de América” y la “zona cero”, que ya entrada la noche, lucía repleta de ciudadanos de diversas partes del mundo, al estilo de la urbe bíblica “Babilonia la Grande”.
Muchos de ellos, sin sombrillas, buscaron refugio por el aguacero en los pasillos de centros comerciales y otros importantes edificios de empresas comerciales situados en los contornos de la Plaza Salvador del Mundo, donde pernotaron, al son de cánticos y plegarias que emanaban de una tarima donde se ofició una misa en honor al ahora “Obispo Mártir”.
Entre tanto, decenas de jóvenes cantaban y saltaban, en círculos, sones relacionados con el “voz de los sin voz”, mientras otros deambulaban en grupo por la zona en busca de alimentos o de algún recuerdo del magno evento religioso, ventas que se habían apostado en las riberas de las calzadas.
“Monseñor Romero vive”, se escuchaba que gritaban al unísono grupos de jóvenes con una desbordante sonrisa en sus rostros, cuando ingresaban en marchas a la “zona cero”, portando pancartas con leyendas alusivas a la ocasión.
“Honduras, Honduras, Honduras”, vociferaban otros marchistas procedentes de la vecina nación al entrar en los contornos de la Plaza Salvador del Mundo, mientras los espectadores aplaudían eufóricos.
Algunas tiendas de campañas también fueron extendidas por feligreses que procedían de otras partes del continente o del interior salvadoreño en la periferia del redondel, fuertemente custodiado por la seguridad Presidencial.
Camarógrafos de Televisión, fotógrafos y redactores de medios impresos y digitales, periodistas radiales, como los de Radio Legislativa, entre otros, deambulaban por la zona en busca de buenas historias para transmitir a sus respectivas audiencias. Con todo y lluvia, que según los meteorólogos locales fue producto del ingreso de una vaguada a territorio salvadoreño y que continuará ocasionando chubascos este sábado, los fieles devotos del “San Romero de América” siguen su ejemplo, pese a las tempestades que los atribulan.