Por Marc Braibat
Ottawa/AFP
Miles de afectados y evacuados, escuelas y oficinas públicas cerradas. El balance de las inundaciones en la mitad oriental de Canadá se agravó este lunes, aunque las autoridades se mostraron esperanzadas de que el nivel de las aguas empiece a estabilizarse.
El pico de la crecida se alcanzó al este de Quebec, en una zona entre Gatineau, ciudad que se halla frente a la capital federal, Ottawa (Ontario, centro) sobre el río de los Outaouiais, y Montreal, a 200 km río abajo, anunció el lunes Martin Coiteux, ministro quebequense de Seguridad Civil.
El nivel de las aguas se estabilizó prácticamente y «a partir del miércoles se comenzará a sentir una mejora gradual de la situación», declaró el ministro provincial.
En su último boletín, Emergencia Quebec indicó que había 2.500 residencias inundadas en 146 localidades, y más de 1.500 personas habían sido evacuadas, la mitad de ellas en Gatineau. Esas evacuaciones son obligatorias a causa del estado de emergencia decretado en decenas de ciudades, donde se abrieron centros de acogida.
Ante la persistencia de fuertes lluvias y el aumento de los niveles de los cauces en buena parte del este de Canadá, los militares triplicaron los efectivos en la región para asistir en la evacuación de miles de personas.
El alcalde de Montreal Denis Coderre declaró el estado de emergencia para su ciudad, lo que permite obligar la evacuación de áreas amenazadas por las inundaciones.
«Las próximas 48 horas serán determinantes», dijo Coderre.
Se ordenaron evacuaciones en Pierrefonds, en la costa noroeste de la isla de Montreal, tras la rotura de tres diques, elevando el nivel de las aguas en zonas ya muy inundadas.
Una combinación de fuertes precipitaciones y vertido por el derretimiento de la nieve ha provocado un desborde de los ríos de Ottawa a Montreal, imponiendo importantes desafíos a los habitantes ya agotados por semanas de interminables lluvias.
Más de un millar de personas ya fueron evacuadas de la provincia de Quebec, la mayor parte de Gatineau, cerca de Ottawa, indicó la célula de emergencias de la provincia en su último boletín del domingo.
Casi 2.000 residencias están inundadas en los 130 municipios siniestrados de la provincia y las autoridades instan a los habitantes a evacuar.
Además de Montreal, el estado de emergencia se declaró en otros ocho distritos.
Pero el primer ministro Quebec, Philippe Couillard, advirtió que lo peor aún está por venir.
«El nivel del agua seguirá creciendo en los próximos dos o tres días», dijo el sábado tras visitar la ciudad de Rigaud, en el oeste de Montreal, que está anegada desde hace más de una semana.
El Ministerio de Seguridad Pública dijo que se espera que las aguas alcancen un pico este lunes en la provincia de Quebec.
Refuerzo del ejército
El ejército, que ya había desplegado 450 efectivos el sábado, triplicó esa cifra el domingo, con soldados que asisten en las evacuaciones y contribuyen a llevar sacos de arena para erigir diques y proteger las viviendas.
El primer ministro Justin Trudeau viajó el domingo a Terrasse-Vaudreuil, unos 40 km al oeste de Montreal, para constatar los daños, dijo un portavoz.
La agencia ambiental canadiense advirtió que «el terreno, ya cerca de la saturación, tiene poca capacidad para absorber más lluvias».
«Incluso aguas poco profundas que atraviesen con velocidad una calle son capaces de arrastrar a un vehículo o una persona», agregó y exhortó a no acercarse a los ríos, arroyos y alcantarillas.
Nada parecido desde 1974
En Pierrefonds, Robert Robillard aún debía evacuar su casa, cuyo sótano está inundado con «unos 10 a 15 cm de agua».
«No he visto algo como esto desde 1974, cuando el entorno no era el mismo porque no había tantas casas», dijo.
En Rigaud, 50 km al este de Montreal, el alcalde Hans Gruenwald ordenó la evacuación obligatoria de un centenar de viviendas.
Tras casi tres semanas bajo agua, «a la gente ya no le queda capacidad física ni moral y tomé la iniciativa de evacuarlas», dijo a la cadena de televisión LCN.
Las inundaciones dificultan la circulación y varias escuelas permanecen cerradas este lunes.
Se abrieron decenas de centros de acogida para alojar a los siniestrados.
También en el oeste
Al otro lado de Canadá, en la Columbia Británica (oeste), se daba la misma combinación de precipitaciones y nieve derretida, provocando inundaciones y deslaves que han dejado al menos dos desaparecidos, incluyendo el jefe de bomberos de la localidad de Cache Creek, que había salido a comprobar el nivel de las aguas.
En tanto, un hombre de 76 años desapareció luego que un deslave arrasó el sábado con su vivienda en la comunidad de Tappen, informó CBC.
Los socorristas corrieron al lugar pero se vieron obligados a retroceder.
«Sonaba como un tren de carga que bajaba de la montaña», dijo el jefe de bomberos de Tappen-Sunnybrae, Kyle Schneider, a la cadena.
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