Por Jonah Mandel
Haifa/AFP
Cientos de personas fueron evacuadas el jueves en Haifa, tercera ciudad de Israel, debido a unos incendios que azotan el país desde hace tres días y cuya causa, según sospechan las autoridades, podría ser intencionada, motivada por razones políticas.
Se evacuaron barrios enteros de la ciudad costera, una universidad, escuelas y prisiones, indicó una portavoz de la policía, Luba Samri. Un responsable municipal dio cuenta de 10.000 personas evacuadas y agregó que la cifra podría alcanzar las 90.000, de una población de unas 280.000 personas, si la situación empeoraba.
Se decretó el estado de emergencia en la ciudad, dijo a la AFP el portavoz del cuerpo de bomberos, Kayed Daher, con el fin de instar a la población a no acudir a Haifa.
Los servicios de rescate afirmaron haber trasladado a hospitales a unos sesenta heridos leves, la mayoría de los cuales por problemas respiratorios.
El ejército anunció haber desplegado dos batallones y llamó a los reservistas para que ayudaran a bomberos y policías. El aeropuerto local cerró, anunció su portavoz.
Durante el día se produjeron otros incendios en la periferia de Jerusalén, en Nataf y en Sha’ar Hagai, pero también en Talmon, una colonia israelí de Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel, informó la policía.
Trescientos niños fueron evacuados de una escuela de Talmon, dijo la policía.
Prisioneros evacuados
En Haifa, las llamas, de varios metros de altura, devastaban la vegetación en los alrededores y amenazaban inmuebles de varias plantas en los barrios periféricos de esta ciudad mixta, judía y árabe, constató un fotógrafo de la AFP. Unos pequeños aviones trataban sin mucho éxito de combatir el fuego.
Los rescatistas trabajaban puerta a puerta, evacuando, principalmente, a personas mayores. «A veces nos vemos obligados a sacar a los habitantes de sus casas por la fuerza», dijo el jefe de los servicios de socorro del barrio del Carmelo, Naftali Rottenberg, en la radio.
El barrio de Ramot Sapir se vio envuelto por una espesa humareda, arrastrada por el fuerte viento. En las calles, prácticamente desiertas, algunos vecinos se alejaban a pie o en coche o se protegían de las cenizas con mascarillas, constató un periodista de la AFP.
Amit, de 27 años, dejó la universidad para ayudar voluntariamente a los bomberos. «Había lugares donde se necesitaba ayuda, ayudamos a apagar el fuego», dijo a la AFP.
Unos 600 detenidos fueron evacuados de las cárceles, fuertemente escoltados, dijo la policía.
El centro y el norte de Israel son presa, desde hace tres días, de varios incendios forestales propiciados por la gran sequía de los últimos meses y por los fuertes vientos. Por el momento no se lamentan muertos.
Alrededor de la mitad de los incendios tendría un origen criminal, declaró el ministro de Seguridad Pública, Gilad Erdan, por la radio militar. Según Erdan, éstos habrían sido obra de pirómanos o bien habrían estado motivados por razones relacionadas con el conflicto palestino-israelí.
Alrededor de 1,4 millones de árabes israelíes (17,5% de la población), descendientes de los palestinos que se quedaron en sus tierras tras la creación del estado de Israel en 1948, viven en el país. Pese a ser ciudadanos israelíes, muchos se consideran palestinos y simpatizan con su causa. Además, decenas de miles de palestinos trabajan en Israel, a pesar de la persistencia del conflicto.
«Sólo aquellos a quienes no pertenece la tierra son capaces de prenderle fuego», afirmó en Twitter el ministro nacionalista religioso Naftali Bennett, que declaró, tras la victoria presidencial de Donald Trump en Estados Unidos, que había llegado el momento de enterrar la idea de un Estado palestino independiente.
Israel, que no cuenta con equipos suficientes para combatir incendios a gran escala, debía recibir durante el día el apoyo de una decena de aviones enviados por Rusia, Turquía, Grecia, Italia, Croacia y Chipre.