Por Gregory Feifer
Washington/AFP
Al grito de «No es mi presidente», miles de personas se manifestaron el miércoles en varias ciudades de Estados Unidos para protestar contra Donald Trump, de quien en Los Angeles quemaron una efigie de su cabeza.
De Nueva York a Los Ángeles, pasando por Chicago, Filadelfia, Portland (Oregon), Seattle y otras grandes ciudades, los manifestantes gritaban «Ama, Trump odia» o «Trump Grabbed America by the Pussy!» (¡Trump tomó a Estados Unidos por la vulva!).
La mayoría de las manifestaciones fueron pacíficas, aunque se registraron incidentes en Oakland, California.
La policía anunció que había detenido a 15 personas, según el New York Times.
En Nueva York, centenares de manifestantes con carteles que decían «Dum Trump» (Bótalo a Trump) se reunieron en Union Square y luego marcharon hasta la Trump Tower, residencia del presidente electo en la Quinta Avenida.
En Washington, centenares de manifestantes llevaron a cabo una vigilia frente a la Casa Blanca, para protestar contra el racismo, el sexismo y la xenofobia de Trump.
Los manifestantes llevaban carteles que decían «Educación para todos».
Uno de los organizadores, Ben Wikler -director en Washington del grupo MoveOn.org-, anunció que se llevaban a cabo manifestaciones similares en cientos de comunidades del país.
«La gente tiene motivos para sentir miedo», afirmó Ben Wikler.
«Estamos aquí porque en estos oscuros momentos no estamos solos», agregó, recibiendo la respuesta a coro de la multitud «¡No estamos solos!».
«No es mi presidente»
En California, estudiantes de secundaria y universitarios realizaron manifestaciones en los campus y no asistieron a clases.
En Oakland, California, los manifestantes encendieron hogueras en la calle y permanecieron a su alrededor cantando, informó la prensa local. Algunos lanzaron botellas y petardos a la policía, según KPIX TV.
En la noche del martes, cuando todavía no había terminado el escrutinio pero ya se vislumbraba la victoria de Trump, Oakland registró protestas que culminaron con un herido de bala.
Un grupo de manifestantes bloqueó una importante autopista cerca del centro de Los Ángeles, en una protesta que duró hasta la madrugada de este jueves, causando embotellamientos.
La policía arrestó a 13 personas, indicó el diario Los Angeles Times.
En Los Ángeles, los manifestantes quemaron una cabeza de Trump, hecha con una caja coronada por un brillante cabello naranja, frente al City Hall (sede de la municipalidad).
Centenares de adolescentes alrededor de la hoguera cantaban «¡Not my president!» (No es mi presidente).
En Oregon unos 300 manifestantes bloquearon el tránsito en el centro de Portland, obstaculizando dos pasos a nivel ferroviarios, y otros bloquearon una carretera sentándose en la calzada.
En Pensilvania, centenares de estudiantes universitarios marcharon por las calles, llamando a la unidad.
Ethan Miller, del grupo de defensa de los derechos de los trabajadores «Jobs with Justice», dijo que los organizadores llevaron a cabo la vigilia de Washington para demostrar la resistencia de la sociedad civil.
«Es un momento difícil para muchos estadounidenses», dijo Ethan Miller a la AFP.
«Vimos una campaña llena de racismo y misoginia y de tácticas terribles que en última instancia le permitieron ganar la elección» a Donald Trump, explicó.
«Pero no vamos a dejar que una presidencia de Donald Trump detenga el progreso en este país», agregó Miller.
El sistema electoral indirecto estadounidense ya no funciona, dijo a la AFP el manifestante Nicholas Forker, al referirse al hecho de que Hillay Clinton tuvo 200.000 votos más que Trump.
«Creo que definitivamente necesita ser reformado. Creo que es ridículo», agregó.
En Chicago, varios miles de personas se reunieron alrededor de la Trump Tower, bloqueando las calles del centro y el tráfico, mientras que otros organizaron una contraprotesta en el lado opuesto del edificio.
En todo el país, los estudiantes de secundaria y universitarios también se movilizaron en el campus y salidas de clases.
En Pennsylvania, cientos de estudiantes de la Universidad de Pittsburgh marcharon por las calles.
Obama recibirá a Trump
El presidente Barack Obama recibirá este jueves en la Casa Blanca a su sucesor Donald Trump, cuya elección como presidente detonó protestas en varias ciudades de Estados Unidos y sigue poniendo los nervios de punta en todo el mundo.
La escena parecía inimaginable hace apenas dos días, pero la reunión ente Obama y Trump está prevista en el Salón Oval a las 11H00 locales (16H00 GMT). Después planean dirigirse brevemente a la prensa.
«Lo invité a venir a la Casa Blanca para hablar de como asegurar una transición exitosa», explicó Obama el miércoles tras la sorpresiva victoria de Trump sobre la demócrata Hillary Clinton, que dio una enorme sorpresa a Estados Unidos y al mundo.
«Deseamos todos que tenga éxito para unir y dirigir a los estadounidenses», agregó, sin ocultar que tiene con él «divergencias significativas».
De su lado, Michelle Obama recibirá a la próxima primera dama, Melania Trump, en la residencia de la Casa Blanca.
En los últimos días, Obama había hecho campaña sin descanso en favor de Clinton, en los últimos días, advirtiendo sobre los riesgos para la democracia que implicaba elegir a la también celebridad de la telerrealidad.
Un grito desde el alma
«¡No podemos permitirnos elegir a ese tipo! ¡No es posible! ¡No es posible!, había declarado Obama, visiblemente emocionado en Las Vegas, días antes de la elección.
La sorpresiva elección de Trump, alimentada por la cólera de gran parte del electorado que se siente ignorado por las elites políticas de Washington y amenazado por la globalización, quebró los sueños de la candidata demócrata de convertirse en la primera mujer presidente del país.
Todas las encuestas la daban vencedora, pero su derrota amenaza ahora al legado de Obama, extremadamente popular, pues Clinton planeaba gobernar manteniendo la continuidad.
Trump ha prometido denunciar la mayor parte de las reformas o avances emblemáticos del 44º presidente de Estados Unidos: la reforma del seguro de salud (Obamacare), la lucha contra el cambio climático (Trump ha prometido «anular» el acuerdo de París alcanzado a fines de 2015), el acuerdo de libre comercio de Asia-Pacífico.
La enemistad entre ambos hombres tiene raíces más personales que la sola pertenencia política o su visión del mundo: durante años, Trump alimentó una controversia sobre el lugar de nacimiento de Obama, antes de dar un vuelco en su postura durante la campaña, sin explicación.
Trump no ha ocupado anteriormente un cargo electivo, así que tendrá que trabajar el doble de duro antes de instalarse en la Casa Blanca, el 20 de enero.
Además, se convertirá en el comandante en jefe de las fuerzas armadas más poderosas del mundo.
Él permaneció el miércoles encerrado en la Torre Trump en Manhattan, donde tiene su residencia y sus oficinas. El vicepresidente electo Mike Pence y varios miembros de su equipo de campaña se reunieron con él para comenzar a preparar su gobierno, a afinar sus primeros días.
El multimillonario populista de 70 años será el presidente más viejo que ha llegado alguna vez a la Casa Blanca.
La sorpresiva elección de Trump, alimentada por la cólera de gran parte del electorado que se siente ignorado por las elites políticas de Washington y amenazado por la globalización, quebró los sueños de la candidata demócrata de convertirse en la primera mujer presidente del país.
Todas las encuestas la daban vencedora, pero su derrota amenaza ahora al legado de Obama, extremadamente popular, pues Clinton planeaba gobernar manteniendo la continuidad.
Resultados «dolorosos»
Hillary Clinton llamó el miércoles a los demócratas a aceptar los resultados «dolorosos» de la elección y deseo éxito a su adversario.
«Espero que lo logre en tanto que presidente de todos los estadounidenses», dijo Clinton, visiblemente emocionada, durante su primera aparición pública tras el anuncio de su derrota.
«Esto es doloroso y lo será por mucho tiempo», admitió.
Un pequeño consuelo para Clinton: si bien perdió la elección, cuyo resultado se descompone estado por estado, a nivel nacional ella obtuvo unos 200.000 votos más que su adversario, según los últimos resultados preliminares divulgados el miércoles.
Trump tendrá para gobernar el apoyo de ambas cámaras del Congreso, pues el Senado y la Cámara de Representantes conservaron el martes la mayoría republicana.
En su discurso de proclamación del triunfo, el martes en la noche, él se comprometió «a ser el presidente de todos los estadounidenses».
«Ha llegado el momento de que Estados Unidos cierre las heridas de la división», exhortó.
Su elección fue recibida con inquietud y también con frialdad en el mundo, pero la extrema derecha se congratuló -con la francesa Marine Le Pen a la cabeza- del advenimiento de una nueva era.