Washington/PL
Jerome Cartillier/Nueva York/AFP
Miles de velas permanecieron encendidas hasta la madrugada de hoy en el campus de la Universidad de Virginia en Charlottesville, días después de que una marcha de supremacistas blancos irrumpiera en esa ciudad estadounidense.
La luz de los candiles portados por muchos residentes y estudiantes del lugar iluminó la Rotonda, un emblemático edificio del centro docente, como parte de una vigilia pacífica contra la violencia racista que sufrió la localidad el pasado fin de semana.
En la velada los participantes corearon ‘el amor gana’ y cantaron tema como ‘We Shall Overcome’ y ‘Amazing Grace’, al tiempo que un estudiante leyó el poema ‘Still I Rise’, de la escritora y activista afronorteamericana Maya Angelou (1928-2014).
Durante la noche del viernes pasado el campus también estuvo encendido, pero en ese caso con antorchas manejadas por supremacistas blancos que gritaron cánticos racistas y marcharon hasta un monumento a Thomas Jefferson.
Los actos de esa noche fueron el preámbulo de una movilización prevista para el sábado con la participación de dos mil a seis mil nacionalistas, miembros del Ku Klux Klan y neonazis, quienes se concentraron en Charlottesville bajo el argumento de protestar contra el intento de retirar la estatua del general confederado Robert E. Lee.
Antes de que comenzara esa manifestación los supremacistas blancos chocaron con grupos participantes en una contraprotesta y se produjeron violentos disturbios en una jornada que concluyó con tres muertos, entre ellos una joven fallecida cuando un simpatizante del nazismo embistió una multitud con su auto.
La vigilia a la luz de las velas, que de acuerdo con la Universidad siguió el mismo recorrido de los supremacistas el viernes, no fue anunciada de antemano, sino que se difundió a través de una campaña furtiva para evitar que cualquier grupo de odio pudiera tratar de interrumpirla, indicó el portal NPR. El evento ocurrió luego de un homenaje en memoria a Heather Heyer, la mujer asesinada durante el atropellamiento mientras estaba en un grupo antirracista después de los hechos del sábado.
La madre de la víctima, Susan Bro, exhortó a los participantes en el servicio conmemorativo a hacer que el deceso de su hija tenga significado, mediante el enfrentamiento a la injusticia de la manera que ella lo hizo.
Mataron a mi para hija para callarla, pero saben qué, solo la magnificaron, expresó.
Trump aislado
Después de casi 200 días de caótica presidencia, Donald Trump se encuentra más aislado que nunca tras sus increíbles comentarios en defensa de los supremacistas blancos.
El mandatario cambió completamente las normas del discurso político estadounidense el martes, al declarar que hubo «gente muy buena» entre los miembros de la extrema derecha y los antifascitas que se enfrentaron el fin de semana en la ciudad de Charlottesville (Virginia, este).
Sus palabras, pronunciadas en un tono acusador desde su torre en Nueva York, fueron elogiadas por un exlíder del Ku Klux Klan (KKK). Pero muchos legisladores se quedaron mudos.
Trump dio la muy clara impresión de que expresó lo mismo que dijo al día siguiente de los incidentes en los que murió una mujer, cuando leyó en la Casa Blanca una declaración condenando la «violencia racista», sin criticar directamente a los supremacistas blancos, los neonazis y los miembros del KKK.
Casi inmediatamente, altos ejecutivos comenzaron a abandonar los foros empresariales que asesoran a la Casa Blanca.
Trump trató de salvar las apariencias el miércoles mediante la disolución de dos de estos organismos, pero los líderes de la industria estadounidense ya se habían desmarcado de su posición.
Jamie Dimon, director ejecutivo de JPMorgan Chase, dijo que los miembros del ahora disuelto Foro de Estrategia y Política habían «acordado desvincularse».
«Estoy totalmente en desacuerdo con la reacción del presidente Trump sobre los acontecimientos que tuvieron lugar en Charlottesville en los últimos días.
El racismo, la intolerancia y la violencia siempre están mal», señaló.
El coro de críticas de la izquierda política fue tan fuerte como era predecible, pero pocos en el campo republicano estuvieron dispuestos a defender públicamente al mandatario.
Los expresidentes republicanos George Bush y su hijo George W. Bush divulgaron un comunicado conjunto –algo muy poco habitual en ellos–, en el que llamaron a «rechazar el racismo, el antisemitismo y el odio bajo todas sus formas».
Según el sitio web de noticias Axios, el controvertido asesor estratégico de Trump, Steve Bannon, se mostró encantado con la conferencia de prensa, que le dio una victoria al sector nacionalista de la Casa Blanca sobre los «globalistas» que él teme arrastren al presidente hacia una línea convencional.
Los comentarios de Trump también parecen haber alterado a integrantes de Seguridad Nacional. Los responsables de las Fuerzas Armdas tomaron la decisión sin precedentes de emitir comunicados defendiendo la inclusión y la unidad racial.
El vicepresidente, Mike Pence, anunció que acortará su gira por América Latina para reunirse con Trump el viernes, a fin de revisar la estrategia estadounidense en Afganistán.
El fiscal general, Jeff Sessions, declaró de su lado: «No podemos, de ninguna manera, aceptar o disculparnos por el racismo, el fanatismo, el odio, la violencia y ese tipo de cosas que con demasiada frecuencia surgen en nuestro país».
El secretario de Estado, Rex Tillerson, también declaró, al reunirse con su homólogo canadiense, su «condena a ese tipo de odio y violencia».
«Simplemente no hay lugar para eso en nuestro discurso público», aseguró.