Por Leila Macor
Miami/AFP
Los apicultores de Carolina del Sur, en el sureste de Estados Unidos, removían esta semana millones de abejas muertas después de que las autoridades rociaran el polémico insecticida naled para combatir a los mosquitos vectores del zika.
Juanita Stanley, una apicultora de Summerville, al noroeste de Charleston, encontró una escena apocalíptica tras la fumigación del domingo pasado: millones de abejas yacían en torno a sus colmenas y su incesante zumbido había desaparecido.
«Nuestro negocio familiar quedó destruido por la fumigación aérea. Ayúdennos a compartir esta historia, no permitan que las abejas productoras de miel mueran en vano», escribió Stanley en la página de Facebook del apiario del que es copropietaria, Flowertown Bee Farm and Supplies.
Acompañó este comentario con una veintena de fotos que mostraban las abejas muertas y a su equipo quemando las cajas que alojaban las colmenas.
Según el canal local WCSC, el apiario perdió 46 colmenas y 2,5 millones de abejas.
Jason Ward, el administrador del condado de Dorchester -al que pertenece la mayor parte de Summerville-, reconoció la responsabilidad de la fumigación aérea en esta masacre.
El insecticida utilizado por las autoridades estadounidenses, llamado «naled», causa polémica por sus efectos en la salud humana y el medio ambiente.
La Unión Europea prohibió su uso en 2012, pero Estados Unidos lo utiliza desde 1959.
«El condado de Dorchester está al tanto de que algunos apicultores de la zona que fue fumigada el domingo perdieron sus colmenas», escribió Ward en un comunicado el martes, prometiendo que se pondría en contacto con los afectados.
Dijo que no se prevén más fumigaciones aéreas por el momento.
También detalló que el condado realizó una fumigación aérea a primera hora del domingo luego de que se reportaran cuatro casos de zika en Summerville dos días antes.
Este virus, que puede causar malformaciones genéticas, comienza a aparecer en el sur de Estados Unidos, aunque por ahora Florida es el único estado que registra casos autóctonos.
Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Estados Unidos continental registra más de 2.600 casos de zika vinculados a viajes al exterior.
Pero se espera que a medida que avanza el verano y los estados del sur padecen fuertes lluvias siga prosperando el mosquito Aedes aegypti, su vector.
Aspersiones con naled
Las fumigaciones aéreas con naled no tienen lugar sin polémica. Puerto Rico, que padece una epidemia en toda regla con casi 14.000 infectados localmente, rechazó estas aspersiones.
Este pesticida es considerado por científicos y activistas como un severo neurotóxico que afecta el aparato respiratorio y el medio ambiente.
Su uso fue prohibido en la Unión Europea porque representa «un riesgo potencial inaceptable» para la salud humana y el medio ambiente.
La Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) asegura que este pesticida es seguro si es rociado con mesura.
Pero sus detractores dicen que no mata sólo a los mosquitos, sino que es tóxico también para las abejas, las mariposas, los peces y otros organismos acuáticos.
«Naled es un insecticida generalista», dijo a la AFP la ecóloga Elvia Meléndez Ackerman, profesora de ciencias ambientales en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. «Matará a muchas especies de insectos y tendrá efectos negativos en otras especies».
La profesora puso como ejemplo la disminución de un molusco comestible en los cayos de Florida, donde se han conducido numerosas aspersiones con naled.