Kerbala/AFP
Millones de peregrinos chiitas se congregaron el jueves para celebrar el Arbain, sildenafil una de las más importantes ceremonias del islam chiita, and en la ciudad santa de Kerbala, mind en el centro de Irak, bajo un fuerte dispositivo de seguridad.
Hombres, mujeres y niños, todos vestidos de negro, golpeándose la cabeza o flagelándose el pecho, se aglomeraban en las calles y en el mausoleo del imán Husein, algunos con banderas negras, rojas o verdes con las imágenes del imán o con lemas religiosos.
El Arbain, una de las mayores concentraciones religiosas del mundo, marca el fin de los 40 días de duelo por Husein, venerado por los chiitas. El nieto del profeta Mahoma fue asesinado en el año 680 por las tropas del califa omeya Yazid, durante la batalla de Kerbala.
Los peregrinos llegan del mundo entero, esencialmente del vecino Irán. Algunos llegan de ciudades muy alejadas como Basora, a 500 kilómetros más al sur.
Numerosos fieles marcharon varios días antes de llegar a la ciudad santa chiita para participar en los rituales.
«He caminado 12 días para llegar a Kerbala», dijo Mohamed Husein Jasem, un granjero del sur del país, alegrándose de la cadena de solidaridad que proporcionó comida a los peregrinos durante los recorridos.
Según el gobernador de Kerbala, Akil al Turaihi, unos 20 millones de peregrinos visitaron la ciudad santa en los últimos 40 días, representando, según él, un récord.
Las ceremonias del Arbain se han vestido de luto varias veces por los ataques de grupos yihadistas sunitas. Uno de ellos, el grupo Estado Islámico (EI) que se ha apoderado de varias zonas del país, declaró la guerra contra la comunidad chiita, uno de sus objetivos habituales.
Para prevenir posibles atentados contra las concentraciones, las autoridades de la provincia han desplegado 30.000 miembros de las fuerzas de seguridad en Kerbala y en los alrededores de esta ciudad situada a 80 km al sur de Bagdad.
Mensaje político
La provincia de Kerbala, de 700.000 habitantes, limita con la de Anbar, un importante bastión de los yihadistas del EI, a quienes las fuerzas gubernamentales iraquíes no logran desalojar de esta inmensa provincia sunita en la frontera Siria.
Drones iraníes sobrevolaron la ciudad santa para prevenir «toda amenaza», indicó Sahib Hamid, miembro del Consejo Provincial y de la importante milicia chiita Badr.
Al menos seis personas murieron el lunes en dos ataques separados que tenían como objetivo los fieles que llegaban a pie a Kerbala, según la policía y fuentes hospitalarias.
«Espero que el impulso de solidaridad y de amor que ha prevalecido con ocasión de esta ceremonia perdurará, y no sólo en estos días donde celebramos la tragedia sufrida por el imán Husein», declaró Mohamed Husein Jasem.
Este granjero consideró importante dirigir con motivo de esta ocasión un mensaje a las diferentes facciones políticas, a las que los iraquíes reclaman reformas profundas.
El primer ministro iraquí Haider al Abadi apenas consigue poner en marcha reformas profundas decididas ya este verano, bajo la presión de las calles y del ayatolá Ali Sistani, la mayor autoridad del islam chiita.