Tomado de YSUCA
Por Milton Rodríguez
“No tengo donde vivir”, “no podemos hacer los tres tiempos de comida”, “no hay medicina en los hospitales”, “son muchas necesidades que tienen las escuelas públicas”, “a la mayoría de mis amigos se los han llevado – detenidos bajo el régimen de excepción-”, “no hay Internet en las escuelas”.
Así se expresan algunos salvadoreños que no entienden por qué el gobierno invierte millones en cosas que a ellos no les benefician y por otra parte ignoran sus necesidades.
En enero de 2023, a través de un video presentado en la gala 71 de Miss Universo, el presidente actual anunció que El Salvador sería la sede del próximo certamen de belleza más importante del mundo.
En esa ocasión, el mandatario dijo que El Salvador es un país lleno de belleza, con las mejores playas del mundo para surfear, imponentes volcanes, exquisito café, ahora le suma al discurso que El Salvador se ha convertido “en el país más seguro de América Latina”.
Un país que combina luces, glamour y desalojos
Desde que se dio el anunció de que el país sería sede de Miss Universo, una serie de lugares importantes se comenzaron a llenar de luces y colorido. En el Centro Histórico se colocaron lámparas, se cambió color a la Iglesia El Calvario, El Rosario y hasta al Teatro Nacional.
El interés por iluminar la capital ocasionó que los comerciantes de la 4ta y 6ta calle poniente del Centro de San Salvador fueran desalojados. Cientos de familias se han quedado sin ingresos, por el deseo del gobierno de cambiar la imagen del centro histórico de San Salvador.
El país fue maquillado para la ocasión, dicen algunos de los vendedores que fueron desalojados por no hacer juego con la nueva imagen. Los comerciantes informales dijeron a YSUCA que estos eventos “no les benefician”, ya que muchos se han quedado sin trabajo.
En la plaza del Divino Salvador del Mundo se instalaron luces, se plantaron árboles y se llenó de agua una fuente que había dejado de funcionar, pero que ya existía. Ahora el agua abunda en la plaza de la capital, mientras pilas y barriles continúan haciendo filas en las colonias más populosas de San Salvador, esperando a que llegue alguna pipa para llenarlos.
El país se seguía iluminando. No faltaron las luces led en los postes ubicados en la autopista a Comalapa y en las cercanías del estadio Jorge Mágico González, así como en otras zonas de la capital.
En medio de los cuestionamientos por la liberación silenciosa de un líder de una pandilla salvadoreña, la noche del 14 de noviembre el gobierno llenó de luces la parte externa de la nueva biblioteca nacional con motivo de su inauguración. También se trabajó de manera acelerada en el cableado subterráneo que a la fecha no se ha logrado terminar.
Estos cambios son solo algunos de los preparativos realizados en el marco de la 72° edición del certamen de belleza mundial, en un país donde, según datos oficiales, ha aumentado la pobreza extrema. Según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples 2022, más de 170 mil salvadoreños viven en pobreza extrema.
$72 millones para Miss Universo
Según el sitio web de JKN Global Group, actuales dueños de la franquicia de Miss Universo, ser sede de tal certamen le costó a El Salvador $12.2 millones. El 15 de noviembre, la embajadora Milena Mayorga dijo en entrevista televisiva que se habían invertido $60 millones. Es decir, el concurso implicó en promedio un gasto de $72 millones al país.
Expertos señalan que el gasto puede ser más alto y que todo este montaje de luces se hizo para que la población se olvide de los verdaderos problemas del país. “Las luces no quitan el hambre”, subrayan las fuentes, no curan a los enfermos, no atienden las necesidades de los estudiantes de la única universidad pública del país, tampoco resuelve el problema de las madres que buscan a sus familiares desaparecidos, no reparan las cárcavas que amenazan a decenas de familias, no evitan la migración forzada, los abusos por parte de policías y militares.
En el país de Miss Universo hay extrema pobreza
Sandra Marleni Blanco, una mujer de 51 años, que nunca tuvo la oportunidad de ir a la escuela y vive en una situación de precariedad junto a sus tres hijos menores de edad y su esposo. Por años ha alquilado, pero actualmente reside en una casa humilde construida en un terreno que le brindó la junta directiva de la comunidad del Bajo Lempa, de Usulután.
Su situación es totalmente diferente a lo que promueve el gobierno a nivel internacional. Tanto Marleni como su esposo padecen enfermedades renales crónicas y eso les imposibilita hacer algunos trabajos.
Pese a sus padecimientos, el hombre se dedica a hacer sillas y mesitas “de hacha y machete”, para ir pasando el día. Marleni a pesar de sus enfermedades se esfuerza por hacer venta de pasteles y empanadas.
Su situación se vuelve más complicada cuando tiene que sacar dinero de su bolsa para comprar medicamentos, ya que en el hospital de Jiquilisco les han dicho que no hay medicinas.
Marleni padece del corazón y asegura que su situación económica en ocasiones no le permite ni siquiera poder comprar la cardioaspirina.
“No podemos comer los tres tiempos”, expone Marleni. Ante la difícil situación económica han optado por disminuir la alimentación y solo hacen dos tiempos.
A veces hacen el desayuno tarde para que se junte con la hora del almuerzo y en ocasiones almuerzan como a las cuatro para hacer una sola comida con la cena. Esto incluye a sus tres hijos, uno de 14 años, otro de 12 y la niña de 11.
Explica que cuando su esposo vende una mesita de las que fabrica obtienen $10 o $15, de eso tratan de comprar unas seis libras de frijoles o las que puedan. Con tan pocos ingresos se les complica pagar pasaje para ir a consultas hasta Jiquilisco y por razones económicas ha habido ocasiones que han perdido sus consultas.
Al preguntarle cuáles son sus preocupaciones, ella responde que es la economía y la inseguridad “porque yo tengo un cipote ya de 14 años y yo vivo en aquel temor de que puedan capturarlo a pesar de que no se mete en problemas”. Esto debido a que en su comunidad capturaron a varios jóvenes que, según Sandra, eran inocentes.
Al igual que esta familia, habitantes de Nuevo Amanecer y Santa Lucía El Aceituno, dos comunidades de Intipucá, La Unión, se enfrentan a la pobreza, la falta de oportunidades y servicios básicos como el agua potable y la energía eléctrica.
El agua no sólo falta en Santa Lucía El Aceituno, en la comunidad Nuevo Amanecer de Intipucá, La Unión, la situación de las familias es peor. No hay servicio de agua potable y los pobladores deben comprar el barril de agua a $3.50. Algunas familias gastan en el mes hasta 12 barriles de agua, lo que significa hasta $42 dólares mensuales para una comunidad donde se respira la pobreza.
Las calles en mal estado no son reparadas. Los habitantes desconocen a la Dirección de Obras Municipales, DOM.
En las calles hay balastre, pero antes era peor. Para salir de sus casas debían ponerse bolsas en las yinas para que el barro no inundara sus pies, recuerda Juana Bautista, quien lleva más de 23 años viviendo en ese lugar.
37 familias de la comunidad “La Montañona”, en San Luis Talpa, La Paz, no tienen energía eléctrica, ni agua potable, las calles no están pavimentadas y cuando llueve el aguacero les complica salir. Padecen enfermedades porque viven en medio de zancudos.
Francisca reside en ese lugar alejado de la ciudad. Detalla que a sus dos hijos el gobierno les dio computadoras, pero debido a que no tiene luz, ni Internet deben salir hasta el otro lado de la playa El Pimental a dejar la máquina para que se las carguen y se las entreguen por la tarde. Les cobran $2 por cargarlas.
Salvadoreños huyen por situación económica y régimen de excepción
El reloj marcaba las 2:00 de la madrugada del 30 de septiembre del 2023, cuando Carmen -nombre ficticio- de 24 años de edad salía de su casa en el cantón San Lorenzo, de Sensuntepeque, Cabañas, junto a su bebé de un año y 4 meses. A las 4:00 a.m. tenía que abordar un bus que la trasladaría de San Salvador a Guatemala.
Así comienza la larga travesía que vivió la joven madre que decidió huir del país ante la falta de oportunidades, la complicada situación económica y “el terror” que representó para ella el régimen de excepción impulsado por el gobierno actual desde 2022.
Salió en un vehículo, con una mochila morada y otra negra en sus hombros, en las que cargaba pocas pertenencias de ella y su hijo, además de sus ilusiones por alcanzar un mejor futuro en los Estados Unidos.
El 1 de octubre estaba en la frontera de Guatemala y México, luego permaneció 4 días en Tapachula con el afán de sacar documentos mexicanos.
“De ahí salimos a Monterrey en bus, ahí sí fue difícil, porque bajaron casi a todos los migrantes, son unos buses bien grandes e iba lleno”, dice. Da gracias a Dios porque fue una de las 14 personas que quedaron en el automotor debido a que llevaba sus documentos de ese país.
Al llegar a Monterrey la trasladaron a una casa, esto previo a pasar el río, de ahí los trasladaron a una bodega donde la fueron a traer para entregarla a migración. En ese momento ya no llevaba ninguna de sus mochilas.
Al preguntarle qué la obligó a salir del país, Carmen responde: “La situación económica es lo principal y también la situación en El Salvador que se están llevando a medio mundo, o sea se están llevando presos a todos los jóvenes, a la mayoría de mis amigos se los han llevado”.
Mencionó casos de personas cercanas que han sido capturadas bajo el estado de excepción “de manera injusta”.
“A una amiga se la llevaron hace dos años, no sé el motivo, solo supe que se la habían llevado y creo que fue porque un vecino dijo que ella tenía algo y le caía mal”, manifestó.
Carmen recordó la lista de personas de su círculo que han sido capturadas bajo la medida excepcional y mencionó a un primo que estaba con unos amigos cuando llegaron policías a detenerlo. “Creo que fue porque le caía mal a alguien”, apuntó.
Ese panorama la hizo reflexionar sobre su vida y tomar la decisión de huir de su país. Asegura no sentir temor por ella, sino por el futuro de su hijo. ”Estoy criando a un hombre, el punto de allá son los jóvenes y no sabemos si en el futuro él correrá el riesgo de que se lo lleven”, ese es su mayor temor.
Carmen reside en Washington, Estados Unidos y se dedica a lavar las máquinas que hacen cortes de carne de res. Detalla que le pagan $18 por hora. Gana $120 al día.
“Aquí todo es distinto, en una parte me siento triste, pero al menos ya estoy trabajando y tengo una esperanza que puedo hacer algo por mí, por mi familia, por mi hijo a quien le puedo dar lo necesario”, dijo.
Pese a haber estudiado bachillerato en Cabañas, consiguió trabajo en un negocio de comida con un horario de 6:a.m. a 5:00 p.m y ganaba $8 diarios. En el cantón San Lorenzo ganaba $5 por hacer hamburguesas, licuados y atender a la gente.
Carmen está entre las jóvenes que no logró estudiar una carrera universitaria. En el cantón San Lorenzo se le complicaba ir a estudiar a una Universidad porque la más cercana estaba a dos horas.
No hay dinero para reparar escuelas, pero sí para concursos de belleza
Mientras el certamen de belleza seguía su curso, Radio YSUCA constataba la realidad que viven los centros escolares del país.
Daniel Rodríguez, secretario general de SIMEDUCO, dijo que el mandatario pretende distraer a la gente con eventos internacionales para que se olviden de las violaciones a la Constitución y de las promesas de reconstruir más de 5,160 centros escolares.
Rodríguez asegura que en febrero pasado, un funcionario de Educación le dijo que solo para reconstruir los 72 centros escolares dañados a consecuencia de los terremotos y de la lluvia del 2022, se necesitaban alrededor de $75 millones y que no los tenían. El monto es similar al gastado en el evento de belleza. Rodríguez reprocha que ante esas necesidades le hayan recortado al presupuesto a Educación.
El líder sindical manifestó que el año comenzó con un programa de alimentos deficiente, los presupuestos han sido entregados casi al finalizar el año. Al mes de octubre aún debían una parte del presupuesto escolar. “Lamentamos que al gobierno no le interese la educación, que le interese más darle pan y circo a la gente para adormecerla”, dijo Rodríguez.
Padres de familia del Centro Escolar Francisco Morazán –San Isidro, Morazán- señalaron a este medio que algunas aulas tienen techos y ventanas dañadas y cuando llueve se mojan los estudiantes; tienen problemas con la electricidad y durante el invierno tienen problemas con el exceso de agua.
Un docente recordó que alumnos de un centro escolar de Tonacatepeque seguían recibiendo clases en pasillos de una iglesia, porque no habían sido reparados los salones dañados por las lluvias. Contrario a esta situación, el Gimnasio Adolfo Pineda fue remodelado en dos ocasiones. La primera para los Juegos Centroamericanos y del Caribe, y ahora para albergar el concurso Miss Universo.
Una fuente que prefirió el anonimato dijo que hay escuelas que tienen 10 años sin pintarse, debido a que no cuentan con recursos financieros. Un grupo de docentes de Chalatenango sacó dinero de su bolsa para reparar los baños de la escuela porque el problema nunca fue resuelto por el MINED. En otras escuelas hay pizarras y otros mobiliarios dañados.
Un edificio de clases del Complejo Educativo Tomás Cabrera, en Cuscatancingo, se encuentra en desuso tras obras inconclusas realizadas por el Gobierno de El Salvador, cuyo proyecto inició hace más de dos años.
El director del Complejo Educativo, Saúl Rosales, mencionó que la remodelación de la escuela no lleva ni el 50%, pese a la promesa que sería entregada en agosto, pero a la fecha los trabajos siguen sin finalizar.
Mientras muchos salvadoreños viven esta realidad, el mandatario pagó millones de dólares para que el certamen Miss Universo se realizara en el país en pleno año pre-electoral, los millones destinados a la corona han salido de fondos públicos que no podrán ser auditados, porque el presidente que busca la reelección, no rinde cuentas.
Las concursantes promueven en sus redes sociales que El Salvador es “un país moderno” y las representantes de Guatemala, Filipinas y otras nacionalidades publicaron fotos utilizando gorras alusivas a la reelección ilegal del actual presidente.
Sin embargo, las reinas de belleza percibieron una mínima parte de la realidad que esconde el oficialismo. A inicios de noviembre se hizo viral un video donde las concursantes con su vestidos elegantes saludaban de lejos a pobladores de una comunidad pobre. Una calle sin asfalto, las separaba.
Ante este panorama, Juan Carlos Sanchéz, de la Fundación para el debido proceso explicó que El Salvador vive una cultura política basada en la mentira, una sensación de tranquilidad, de bienestar, de progreso, que se presenta acompañada de estos certámenes internacionales.
Sin embargo, esto es cuestionable, dijo Sánchez, al ver las prioridades presupuestarias en el actual gobierno. De igual manera opinó el economista César Villalona quien consideró que en estos concursos, los grandes empresarios son los que salen beneficiados, mientras sigue aumentando la pobreza en el país.
Villalona recordó las declaraciones de la embajadora Mayorga que dijo que se gastó casi $100 millones de dólares en el evento. A su juicio, esto “es alarmante” y es un despilfarro. Critica ese gasto millonario mientras se reduce el presupuesto del Ministerio de Agricultura y para el área de desarrollo territorial.
Según Milena Mayorga, la corona que se entregará a la ganadora de Miss Universo 2023 tiene un costo de alrededor de $6 millones.
Miss Universo de Bukele y Molina buscaban ocultar la pobreza y las violaciones de derechos humanos
No es la primera vez que se realiza el evento de Miss Universo en el país. En 1975 también se dibujó un país que no existía bajo el gobierno del coronel Arturo Armando Molina.
Para el historiador Héctor Lindo, hay varias similitudes en los contextos en que ambos mandatarios desarrollaron el concurso. La primera es que los dos gobiernos han recibido muchas críticas sobre la legitimidad de sus acciones. Molina porque llegó al poder en 1972 a través de elecciones “amañadas”.
En el caso de Bukele, si bien ha llegado al poder legítimamente, se cuestiona la idea de promover la reelección inconstitucional. “Miss Universo en ambos casos se veía como una posibilidad de proyectarse al exterior como gobiernos con apoyo”, expone el historiador.
También subraya que en los dos hay un esfuerzo por tener una imagen internacional favorable, y para ello buscaban ocultar la pobreza y las violaciones de derechos humanos.
El padre José María Tojeira recordó recientemente que la presidenta de Miss Universo Incorporation declaró la empresa en quiebra y que “solo los ingenuos somos los que celebramos demasiado, pero otros ya están olvidándose de ese negocio de sacar dinero a base de caras bonitas y probablemente algo más”.
El rector de la UCA, el padre Andreu Oliva también hizo referencia al tema en el marco de la conmemoración del XXXIIII aniversario del martirio de seis sacerdotes jesuitas y dos colaboradoras. El rector hizo un llamado al presidente, le pidió no buscar su propio interés, ni dejarse llevar por la ambición y por el deseo de fama con propaganda mentirosa, con concursos de belleza que cuestan millones de dólares, mientras hay tanta gente que pasa hambre en el país.
Pero el presidente desoye a la academia y a la población. Continúa su camino enfocado en la reelección inconstitucional, mientras el país se sigue hundiendo en la pobreza, el alto costo de la vida y la desigualdad. Con luces y maquillaje intenta ocultar al verdadero El Salvador.
El editorial de la UCA “Circo sin pan” señala que los espectáculos circenses nunca han perdido vigencia. Siguen siendo utilizados por líderes políticos en todo el mundo. En El Salvador donde el pan escasea cada vez más en muchas mesas, prevalece el espectáculo. Miss Universo es parte del show político de la campaña electoral del presidente para una reelección prohibida por la Constitución.
Destacado
“Las luces y el glamour se imponían en la ciudad,
había comida y bebidas en abundancia,
la gala estaba reservada para todos los que habían recibido invitaciones del gobierno,
a los ministerios llegaron los boletos de entrada, algunos estuvieron en zona VIP,
el brillo era intenso, se mezclaba con la música y los aplausos…
Don Ilario no entiende bien qué pasa,
solo le han dicho que el presidente es bueno
porque hay muchas luces en la ciudad
y muchas mujeres bellas paseando por zonas
limpias de pobreza…maquilladas para la ocasión…”
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