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Por Leonel Herrera*
El pasado 14 de marzo se celebró el Día Nacional del Río Lempa. La conmemoración fue ignorada por el gobierno y pasó desapercibida para la mayoría de la población. Sólo las comunidades de Chalatenango y Cabañas recordaron la importancia vital del principal río del país y alertaron que la minería sería el acabose de la grave contaminación que ya lo está matando.
Las comunidades advirtieron que la explotación de la franja minera que atraviesa la zona norte sería el “tiro de gracia” en la muerte lenta del principal afluente nacional, ya que sus cuencas serían destruidas por la tala de bosques y la remoción de millones de toneladas de roca en las montañas.
En un comunicado firmado por la Coordinadora de Comunidades de Chalatenango (CCR), ADES Santa Marta y la Mesa frente a la Minería, alertaron que las zonas de recarga hídrica serían agotadas por el uso intensivo de agua para lixiviar los metales y su caudal quedaría como un charco de desechos con cianuro, drenaje ácido, metales pesados y materiales tóxicos.
Las comunidades señalan que el Lempa “sufre un acelerado proceso de degradación” debido a la sobreexplotación de sus recursos, el deterioro de ríos tributarios, la deforestación, el daño a sus humedales, el mal manejo de desechos sólidos, la descarga de aguas negras, el manejo inadecuado de desechos industriales y agroindustriales, la minería en Guatemala y el cambio climático.
En relación a la enorme importancia del Río Lempa para la vida del país, ADES, CCR y la Mesa destacan que éste abastece de agua a 1.5 millones de habitantes del Área Metropolitana de San Salvador, a través de la Planta Potabilizadora El Torogoz; y sus cuencas albergan una gran cantidad de ecosistemas y especies de flora y fauna.
Agregan que “su existencia también es fundamental para la agricultura, la pesca, el turismo y otras actividades de sobrevivencia de la población en 162 distritos que están en sus riberas; y sus cuatro centrales hidroeléctricas cubren el 33% de la demanda energética nacional”.
El pronunciamiento sostiene que “El Salvador es un ecosistema que tiene como elemento central el Río Lempa”. Y agrega que el principal afluente nacional también es importante para los países vecinos, ya que beneficia directamente a 15 municipios de Guatemala y a 22 de Honduras”.
Por tanto, consideran que el acelerado proceso de contaminación del Lempa pone en riesgo el abastecimiento de agua potable, la generación de energía eléctrica, la producción agropecuaria y demás actividades que se realizan en sus cuencas; y que con la minería metálica “el desastre ambiental, social y económico sería aún mayor.
Es por eso que, en este Día Nacional del Río Lempa “elevamos un grito de auxilio pidiendo evitar la estocada final contra la principal fuente de agua y de vida de nuestro país”, expresa el comunicado. Las comunidades proponen detener la minería metálica y lanzar un plan urgente de rescate, recuperación y protección del Río Lempa.
El pasado fin de semana también se realizó un “plantón digital” contra la reactivación de la minería metálica, convocado por la organización juvenil “Voces del Futuro”; las mujeres de Chalatenango realizaron una marcha en esa ciudad y comunidades de Morazán y de otros departamentos también denunciaron la amenaza minera.
A pesar del creciente rechazo nacional a la explotación minera, el gobierno todavía no atiende la demanda ciudadana de no permitir esta nociva industria aun cuando en otros temas se jacta de “escuchar” los reclamos de la población en redes sociales.
El régimen autocrático también mantiene la persecución judicial contra los ambientalistas antimineros de Santa Marta y ADES, a quienes el Juzgado de Sentencia de San Vicente les ha decretado nuevas órdenes de captura por orden de la Fiscalía General de la República, instancia que vez se muestra más claramente como el brazo de persecución legal de Casa Presidencial.
*Periodista y activista ambiental.
