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Ing. Omar Salinas
Se han cumplido los primeros meses de gestión del segundo gobierno del FMLN, discount y como es tradición en la mayoría de los países democráticos, sovaldi el periodo de tiempo de los cien días se ha convertido en un referente simbólico donde cada quien, clinic con la información que recibe de las distintas fuentes, formula su propia percepción sobre las circunstancias, el rumbo y el modo de administrar las políticas públicas de parte del partido que los gobierna. Otros simplemente ven este breve lapso de tiempo, como una especie de luna de miel o período de gracia que se le otorga al presidente de turno para que pueda materializar sus principales acciones y promesas de campaña. En el contexto actual, el plazo no tendría mayor significancia a no ser por el concepto de país emproblemado que asume el presidente Salvador Sánchez Cerén, y porque en la antesala de un nuevo evento electoral en el 2015, sin duda, aquellos sectores no afines al gobierno y la competencia política, incluyendo sus satélites aliados, no solo tratarán de aprovechar esta coyuntura para soslayar algún grado de éxito temprano en cualquiera de las políticas públicas impulsada por el gobierno, sino también para buscar obtener alguna raja política que les permita a éstos últimos, ganar adeptos y simpatía popular de cara a los comicios legislativos y municipales del próximo año. Ciertamente, aun cuando se hable de un mismo partido político administrando el poder del Órgano Ejecutivo por dos periodos consecutivos, ocurre siempre una etapa de transición para la adaptación de un estilo de gobierno a otro, que incide para que en ese marco no pueda establecerse al momento un juicio certero acerca de la actual gestión gubernamental, que lleve consigo la osadía de exigir soluciones y resultados concretos de corto plazo, cuando los problemas que preceden son muchos, complejos y de índole estructural, que sin embargo tampoco limita el análisis de aquellos aspectos y sucesos que toman relevancia en la idea de visualizar el destino de cuáles serían los principales ejes de acción del gobierno para el futuro inmediato. Si bien es cierto que en ocasiones anteriores ha prevalecido los criterios de la subjetividad, el marketing político y la exposición mediática al mejor estilo de Hollywood, para efecto de evaluación, al presidente Salvador Sánchez Cerén habría que darle crédito no solo por la consistencia de su discurso conciliador y concertador, desde los tiempos de campaña hasta hoy, por el respeto que muestra a las ideas diversas de los demás, sino también por su disposición genuina de trabajar de manera conjunta con todas las fuerzas vivas, sin discriminar ideologías, en una nueva fase de relaciones y entendimientos con distintos sectores y actores importantes, incluyendo la sociedad civil, que permita resolver los principales problemas del país; el bajo crecimiento económico, el alto endeudamiento público, la poca inversión y la inseguridad humana en sus distintos ámbitos, entendiéndose que en la medida esto se resuelva, ganaremos todos. Resultaría paradójico pensar que a problemas complejos, soluciones cortoplacistas, sin embargo, la Política Nacional de Emprendimiento para la micro y pequeña empresa lanzada recientemente por el gobierno, puede jugar un rol importante como sujeto dinamizador de la economía al impulsar sectores estratégicos del país, como el turismo, la ganadería y la agricultura, que fueron impactados negativamente a raíz del periodo de sequía largo que ha sufrido la región Centroamericana, y que en tales circunstancias se resalta la labor efectuada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería, no solo por la experticia mostrada por su titular Orestes Ortez, en el manejo de la crisis del tema de los granos básicos, sino también por las diversas iniciativas de rescate, reactivación y apoyo que el MAG ha puesto en marcha para los sectores agropecuarios.
De igual manera a lo que antecede, se palpa una Siget más visible, apostándole a la transparencia y la rendición de cuentas, como evidenció la superintendente Blanca Coto, en relación al manejo del pleito por la frecuencia del canal 11. Asimismo, en lo que podría encaminarse a una política de Estado, la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), no solo se expone al escrutinio público al consolidar un importante convenio de Cooperación Interinstitucional con CASALCO, sino también por la perspectiva interesante y manifiesta de su presidente David López, de apostarle como país, con el concurso de las universidades locales e institutos técnicos, a la promoción y desarrollo de recurso humano calificado que esté en sintonía a un nuevo paradigma de las energías limpias, porque el actual desgraciadamente ha fracasado en los últimos 25 años. Y que ojalá en esta oportunidad se tenga una mejor suerte, como merece también la situación del agua, el eterno problema del transporte público, y la política de seguridad vial, que tal parece no existe autoridad que intervenga.
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