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Samuel Amaya
@SamuelAmaya98
Dos años han pasado desde que el gobierno salvadoreño aprobó la utilización del Bitcoin como moneda de curso legal en el país; sin embargo, pocos son los salvadoreños que lo utilizan; la mayoría solo descargó la aplicación para obtener el bono de los $30 y se olvidó de ella.
El gobierno dio $30, pero en Bitcoin, para “incentivar el uso de Bitcoin y de la Chivo wallet”; dicho bono se mantendría como bitcoin hasta que la persona decidiera gastarlo en productos o en servicio. Sin embargo, los salvadoreños, “ingeniosos”, transferían esos $30 a otro usuario para que así se pudiesen sacar en efectivo en los supuestos más de 200 cajeros Bitcoin en el país.
Fue el 8 de junio de 2021 que Nuevas Ideas y aliados aprobaron la Ley Bitcoin, donde oficializaba que el 7 de septiembre de ese mismo año iba a circular de forma legal, la criptomoneda, convirtiéndose así en la tercera moneda, luego del colón y el dólar.
Ese 7 septiembre de 2021 y días posteriores, las casetas Chivos donde se alojaban los cajeros sí lucían llenos, por salvadoreños queriendo sacar los $30, muchos sí pudieron gracias al método antes expuesto, muchos otros no pudieron.
En su momento, el jefe de Estado, Nayib Bukele, dijo que el uso de la Chivo Wallet no tendría ningún costo, no habría comisiones para enviar o recibir remesas, ni para hacer o recibir pagos, tampoco para convertir bitcoin a dólares o viceversa. “No se le cobrará comisión a los comercios, como sí hacen las tarjetas de crédito”.
Lo cierto fue que decenas de salvadoreños se vieron afectados con sus fondos en esa billetera, ya que al momento de pagar en algún comercio la transferencia no llegaba, la aplicación falló reiteradamente y muchas de las empresas dejaron de utilizarla, a excepción de las grandes empresas multinacionales que siguen aceptando Bitcoin. La mayoría no usan el Bitcoin, algo contradictorio a los planes que tenía el gobierno de Bukele y sus diputados, pues aseguraban que serían “un despegue económico”.
A esto sumándole los múltiples casos de suplantación de identidad que desde las organizaciones sociales se registraron. Por ejemplo, Cristosal registró medio millar de denuncias de suplantación de identidad a través de la Chivo Wallet.
La volatilidad del criptoactivo hace que los salvadoreños no prefieran invertir en ello, siguen con la forma tradicional de pago, con dólares o pago con tarjetas.
