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MONSEÑOR OSCAR ROMERO: “GLORIA DEI, VIVENS PAUPER”. “LA GLORIA DE DIOS ES QUE EL POBRE VIVA”

Iván Montes
Ministro de la Sagrada Palabra
Teólogo y Educador viroleño

drivanmontes@gmail.com

En ocasión de recibir el título de Doctor Honoris Causa de la legendaria Universidad de Lovaina1, el 02 de febrero de 1980, Monseñor recibió este meritorio grado a tan solo 50 días de su martirio, reconociendo su obra a su valiente defensa de los derechos humanos, su incansable trabajo y compromiso en bien de los pobres y oprimidos; se reconoce además sus acciones y discurso de denuncia contra el pecado estructural en una época crítica en El Salvador donde el imperio de la muerte aterrorizaba a los gobernados; es en este contexto donde al cierre de su discurso puntualiza la inmensa importancia de los pobres tanto para D, y su interés propio como pastor de la iglesia. La audiencia presente en la ceremonia incluyó académicos, teólogos, estudiantes y representantes de diversas organizaciones de derechos humanos. Muchos creen que la entrega de este discurso es el testamento teológico y político refrendado por la fe que expone esencialmente su manera de discernir el Sagrado Evangelio, así como su ejemplar vivencia de la vida cristiana. Ciertamente, este discurso registra su intención vital de su ministerio inmenso, aún incomprendido para muchos, ya que, en sus acciones y obras se encarnó la vida desdichada de los que sufren, los enfermos, perseguidos, en definitiva, los pobres de su tierra.

En aquella legendaria casa académica, hubo oídos atentos al candidato propuesto para el premio Nobel (1979), también una presencia significativa de personas solidarias con la causa de los derechos humanos en El Salvador preocupadas por la situación de violencia y opresión que se vivía en el país. En un contexto extraño a la pobreza, de políticas sociales y económicas distintas a la procedencia de Monseñor, su mensaje inquietó el espíritu de la audiencia que, conocedores del ámbito de inestabilidad de la sociedad salvadoreña, tienen ocasión de oír la voz, su férrea denuncia en tierras extrañas, hace su planteamiento desde su análisis socio-político y lo grave que resulta vivir en esta realidad. Un resumen de su propuesta discursiva fue, en primer lugar, ubicarse claramente del lado de los pobres; como un sabio hijo de D se ampara bajo la luz inconfundible del Evangelio cuya verdad es el mensaje de Jesús “…Yo soy la luz que alumbra a todos los que viven en este mundo. Síganme y no caminarán en la oscuridad, pues tendrán la luz que les da vida” [Jn. 8:32]2. En segundo lugar, plantea la importancia de entrega de una Iglesia al servicio del mundo de los pobres. Dentro de este orden, los pobres siempre fueron materia prioritaria de su corazón y pensamiento; no se podía ver con otros ojos el valor que tenían para Jesús, por tal causa insistió que la Iglesia debe ser el instrumento para el servicio de los más necesitados, según el evangelista: “Jesús recorría todos los pueblos y ciudades… sanaba a la gente que sufría de dolores y enfermedades. Y al ver la gran cantidad de gente que lo seguía, Jesús sintió mucha compasión, porque vio que era gente confundida, que no tenía quien la defendiera. ¡Parecían un rebaño de ovejas sin pastor!” [Mt. 9:25-26]3. Otro segmento de valor es su encarnación con la pobreza de la gente que padece este mal, eleva las consultas de Medellín y Puebla en su más tajante significado: “Esa miseria, como hecho colectivo, es injusticia y clama hasta el cielo”4 luego usa la declaración de Puebla que señala la pobreza: “Como el más devastador y humillante flagelo, la situación inhumana de la pobreza por el desempleo, bajos salarios, desnutrición, carencia de vivienda, etc.”5 con ello pone en perspectiva su intenso trabajo para que los sufridos encuentren esperanza, una respuesta posible desde esta dura y escabrosa realidad empañada por malas intenciones de hombres malos, dueños del capital, cuyo corazón no desea ver el bienestar de los desposeídos, sino engrosar sus fortunas y tener más poder.

En este orden de ideas, hay más planteamientos, su idea es completa, no deja cabos sueltos, hasta se podría pensar que está embriagado por el interés genuino del cuidado y protección de los más pobres y desposeídos, no aparta su interés por un instante, como pretendiendo dejar un mensaje esculpido y que jamás sea olvidado por las generaciones; afirma que al hombre hay que llamarlo desde la Palabra de D, despertar su conciencia para que pueda abrazar la esperanza y recuperar su dignidad, es imperante que los pobres construyan su propio destino. No omite decir en su alocución que esa protección y defensa del pobre trae sus propios riesgos y que, en estas circunstancias, servir al pobre genera persecución, la iglesia es objeto de violencia por parte de la élite económica que ve solo sus intereses. Hace memoria de sacerdotes y hermanas religiosas asesinados con crueldad, de edificios dinamitados, amenazas, etc. un sueño del Pastor son las palabras del profeta: “Mi pueblo construirá casas, y vivirá en ellas; sembrará viñedos y campos de trigo, y comerá pan y beberá vino. Mi pueblo tendrá una larga vida, y podrá disfrutar del trabajo de sus manos” [Is. 65: 21-22].6

En su conclusión, escribe una declaración propia de San Ireneo de Lyon (S. II): “Gloria Dei, vivens homo”7, (“la gloria de Dios es que el hombre viva”). En el segundo siglo, Ireneo luchó ferozmente contra los enemigos de la verdad del Evangelio; encaró con argumentos galvanizados las herejías gnósticas por su desprecio al cuerpo humano y la creación material; combatió el dualismo de estos grupos cuyo desdén por la materia propiciaba dar rienda suelta a las obras pecaminosas; afirmó que Cristo en su encarnación y humanidad fue objeto de la gloria de D, de esta misma forma, el hombre también es objeto de esa gloria; en su afirmación, hace extensiva esa misma idea diciendo que la “Vida del hombre es la visión de D” (“Vita autem hominis visio Dei”)8. Monseñor vincula la importancia de la vida con su expresión: “Gloria Dei, vivens pauper” (“La Gloria de D es que el pobre viva”) no se trata de un cambio caprichoso o desafío al azar de la tradición cristiana de los primeros siglos; en tal sentido comprende a San Ireneo, en su lucha contra esta herejía que, el hombre y por tanto el pobre, el desposeído, el hombre sin dignidad se convierta en un estorbo. En esta visión, el Pastor Romero está convencido que el hombre es objeto de violencia, y en este mundo tan desigual, alienado y perverso el ser humano es tan solo un número más o una estadística. Hoy día, el ejemplo más fresco es que en Gaza la muerte del pobre y niños desmembrados, sirven tan solo para inflar las audiencias de las dictaduras mediáticas sin que haya poder humano que detenga las matanzas; el que inmigrantes indocumentados sean un modo de demostración de fuerza animal por gobernantes perversos sin afecto humano por aquellos que buscan esperanza. Monseñor Oscar Arnulfo Romero al declarar que la gloria de D, es que el pobre viva, en su visión desde el Evangelio, está humanizando al pobre, dignificando su calidad humana; le da voz al que nada vale, no fue extraño que con él, el pobre no murió en el anonimato, los presos y perseguidos por causa de la justicia ya tenían voz; a 45 años de su partida, la gente consciente y comprometida con la vida sigue buscando a sus desaparecidos, en otras palabras, ahora el pobre tiene valor humano, aprendió a alzar la voz contra la violencia, la muerte, injusticia, abusos, destrucción de la tierra y cualquier forma de atropello. GLORIA DEI, VIVENS PAUPER, “La gloria de D, es que el pobre viva” añade una dimensión más profunda a su pensamiento, al relacionar la vida humana con la comunión de Dios y, así asociarnos eternamente con ese D de la vida.

(Endnotes)

1.Bélgica (Fundada en 1425) en la misma casa de estudios del memorable “Erasmo, gran humanista en época de la reforma”. Monseñor Romero Wikipedia.

2.Biblia TLA, Traducción en Lenguaje Actual. E.ed.

3.Biblia TLA. Ibidem.

4.Textos Medellín, Justicia 1.

5.La dimensión política de la fe desde la opción por los pobres. Msr. Oscar Romero. Disc. Univ. Lovaina. Una experiencia eclesial en El Salvador, Centroamérica. 1980.

6.Biblia TLA. Ibidem.

7.Obras escogidas de Irineo de Lyon. Comp. Alfonso Ropero. Ed. CLIE, Barc. España. 2018.

8.“Adversus Haereses” (Contra las herejías), en el: Libro IV, capítulo 20, sección 7.

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