Alma Vilches
@AlmaCoLatino
En la misa dominical celebrada en la Cripta de Catedral Metropolitana se reflexionó el mensaje de Monseñor Romero, quien afirmó que Cristo Rey vive en la historia concreta de cada pueblo, su reino no tendrá fin porque Dios es su fundamento, donde todo inicia hacia donde va.
“El reino de Cristo no tiene fin porque su ley es el amor, sólo el amor construye, todo reino que se funde en represión, en violencias, en odios, no puede persistir. Su reino es del amor y por eso será un reino eterno, porque su rey es Jesucristo, el eterno viviente”, enfatizó en la homilía del 26 de noviembre de 1978.
Asimismo, dijo que Dios es celoso de su reino, la mejor misión que la liberación de los hombres espera de los sacerdotes es motivarlos con esta alta liberación de Cristo, la lucha por los derechos humanos es una tarea actual de la Iglesia, pues lo que se hace con el prójimo, es haberlo hecho a Jesús.
Cuando Cristo juzga según la ley del amor, es legislador y es juez, y apartará a unos para condenar y a otros para salvar, entonces resplandecerá la verdadera justicia que hoy es tan ridícula hasta en los más altos tribunales, este sí será el alto tribunal ante el cual no habrá sobornos. El poder coactivo no porque se tengan armas en las manos, sino porque se tiene el poder de la razón, del derecho y de la fuerza”, expresó el entonces arzobispo de San Salvador.
Hizo un llamado a todas las fuerzas nobles de El Salvador que reaccionen y liberen a quienes están sufriendo injustamente, a fin de ser puestos a los tribunales para que se les juzgue o deje en libertad, “también en El Salvador queremos hacer una Navidad sin estas torturas y tormentos de las cárceles”, recalcó.
Según el sacerdote Juan José Hernández, el que busca la manera de resarcir el dolor de quienes sufren, pertenecen al reino de Dios, Jesús enseña a reconocerlo en sus hermanos, a tener esa mirada de fe y creyente, en la relación con el prójimo, no considerarlo un desconocido o quizá alguien incómodo.
“Que tu mentalidad sea diferente, ver a Cristo en cada ser humano y no solo con quienes es más fácil relacionarse, todo ser humano es hermano del Rey Eterno; que en el juicio final no te diga apártate de mí porque no me quisiste reconocer. Que el Rey Eterno sea adorado y reconocido, es un reino de fraternidad, justicia, paz y armonía, no un reino de desigualdades, opresiones, mentiras y corrupción”, sostuvo Hernández.