Alma Vilches
@AlmaCoLatino
“Monseñor Romero, con su sana doctrina apegada al magisterio de la iglesia supo hablar a las conciencias adormecidas de su tiempo, en sus escritos guardados en el museo del hospitalito no hay nada extraño en lo que decía, todo era tomado y reflexionado del Concilio Vaticano II, de los documentos latinoamericanos como Puebla, Medellín y Santo Domingo”, afirmó el sacerdote Carlos Campos, durante la misa en la Cripta de Catedral Metropolitana.
El sacerdote reiteró que quienes dicen amar a Monseñor Romero están llamados a aprender de él, porque siendo obispo es uno de los sucesores de Jesús que supo “sazonar” la vida no solo del pueblo salvadoreño, porque en aquel tiempo se le escuchaba en toda América y más allá.
Actualmente, su mensaje sirve para iluminar y sazonar a la iglesia universal, pero seguir a Monseñor Romero implica también ser obedientes y aprender a dejarse guiar como él lo hizo, porque es un hombre que supo abrazar la fe verdadera en Cristo y desde ahí fue capaz bajo la acción del Espíritu Santo decir la verdad en su momento.
“Monseñor Romero supo sazonar a un pueblo que va más allá de El Salvador, supo llevar a cabo esto con la obediencia de la fe. Al igual que nuestro santo estamos llamados a iluminar como Cristo lo hizo, porque el primer acto de caridad que nos enseña la iglesia es el evangelio. Cuando nos encerramos que ya somos dueños de una verdad absoluta el corazón se cierra y es imposible que reconozca la voluntad de Dios”, manifestó el religioso.
Campos hizo un llamado a iluminar la realidad y no solo torcer el brazo para que los sistemas actuales entorpezcan la mente y la vida espiritual, es necesario cuestionarse si de verdad se está anunciando a Cristo, “o solamente vamos como los palos en el río cuando lleva creciente, saltando de lado a lado conforme la corriente va”, reiteró.
“Desde la parte humana hemos visto como en la historia del mundo desarmar los sistemas, pero lo que se debe hacer nuevo y reconstruir es al hombre, porque los actuales sistemas no construyen”, aseguró el sacerdote.
Durante la procesión de ofrendas en la misa dominical, se presentó la frase “Guerra no, paz si”, simbolizando que los pueblos quieren ser escuchados y liberados de la crueldad y sufrimiento, como en el caso de Rusia, Ucrania y otras naciones que se mantienen indiferente al dolor y lamento de la población.