@AlmaCoLatino
La figura del Beato Monseñor Romero no solo es admirada y venerada por el pueblo salvadoreño, sino por una cantidad de feligreses extranjeros. Este domingo, la cripta de Catedral Metropolitana, lugar donde reposan los restos del obispo mártir, fue visitada por una delegación proveniente de Estados Unidos, encabezada por el sacerdote Tomas Roger, de la parroquia Champaign Illinois, quien celebró la solemne eucaristía.
Roger manifestó su alegría por estar en un lugar sagrado, como es la cripta de Catedral, donde está el cuerpo de Monseñor Romero y donde cada domingo el pueblo viene a entregarle su corazón y a llevarse la palabra y enseñanza del profeta.
El religioso explicó que desde hace 25 años viaja eventualmente de Estados Unidos a diferentes comunidades de El Salvador, especialmente al caserío Calavera, Morazán, cercana a la frontera con Honduras; donde ha tenido un hermanamiento con los habitantes de la zona, que es población de escasos recursos económicos y muy vulnerable.
“Es la visita número 28 que he hecho a las comunidades, esta relación y hermanamiento me ha cambiado la vida, gracias a esto ahora soy mejor persona y sacerdote. Conocer a Monseñor Romero ha sido un momento de alegría y gozo, él ha sido una persona muy importante en mi vida y en mi caminar”, afirmó el padre Roger.
En Monseñor Romero se encarnó la problemática del pobre que estaba siendo pisoteado por lo latifundistas, terratenientes y la burguesía apoya por la tiranía militar y financiada por los Estados Unidos, para masacrar, torturar, desaparecer y asesinar a miles de personas inocentes.
El primer profeta y mártir Rutilio Grande, se alza en voz de los más explotados y oprimidos, Monseñor Romero toma el timón de la Iglesia perseguida, y se convierte en la voz de los sin voz siempre será recordado como el profeta, pastor y mártir, hoy San Romero de América.
Romero fue el pastor bueno, lleno de amor de Dios y cercano a sus hermanos que, viviendo el dinamismo de las bienaventuranzas, llegó hasta la entrega de su vida de manera violenta, mientras celebraba la Eucaristía, Sacrificio del amor supremo, sellando con su propia sangre, el Evangelio que anunciaba.
Fue importante la misión de Monseñor Romero en aquel contexto de guerra, sufrimiento y violencia, ya que en medio de tanto mal llevó un mensaje de esperanza, consuelo y ánimo al pueblo sufriente. Se dedicó a ser un hombre de Dios, un profeta, una persona humilde y sencilla, porque estaba en medio del pueblo sufriente y oprimido.
Al momento de la procesión de las ofrendas, se presentó las homilías de Monseñor Romero simbolizando que por medio de estas el beato mártir continúa hoy en día poniendo en práctica el dinamismo misionero para los católicos y demás credos religiosos no solo del país, sino de otras naciones.