Alma Vilches
@AlmaCoLatino
En la misa dominical, celebrada por el sacerdote Nelson Menjívar, en la Cripta de Catedral Metropolitana, se reflexionó el mensaje profético de Monseñor Romero, quien es considerado como designado por el Señor para continuar su ministerio de pastor dentro de la iglesia.
“Los obispos son aquellos pastores que están en todo lugar a quienes se les ha confiado la grey para que pueda llegar hasta los pastos de tranquilidad. Ese corazón de pastor lo tenemos reflejado en El Salvador a través de Monseñor Romero, tenemos esa certeza que fue un fiel pastor de su iglesia”, sostuvo.
El religioso enfatizó que Monseñor Romero se dejó llevar, guiar y transformar por Jesús; por lo cual, cada uno desde su rol está llamado a ser verdaderos continuadores de la gracia del pastoreo y seguir el ejemplo de Jesucristo.
“El ministerio de Jesucristo es tan grande, es el pastor de las ovejas que está siempre presente, poniendo el empeño para que las ovejas puedan nutrirse y mantenerse con vida. Cristo constantemente está velando delante de nosotros para que permanezcamos y seamos verdaderamente hijos de Dios, para que ningún extraño se salte, nos robe y nos mate”, dijo Menjívar.
En la celebración se recordó que las palabras del obispo mártir, quien ese momento manifestó que aquellos predicadores por no molestarse, evitar conflictos y dificultades, no iluminan la realidad en que se vive, no tienen el valor de decirle a aquella turba donde están todavía las manos manchadas de sangre que mataron a Cristo.
“Yo no sería tampoco el predicador de la palabra de Dios, si no tuviera en cuenta que esta palabra del Buen Pastor tiene un marco tan trágico, donde necesitamos que sobre estas sombras de sangre, dolor, depresión, desolación, se destaque la bella figura del Buen Pastor”, recalcó en su homilía 16 de abril de 1978.
Durante la misa celebrada en la Cripta, al momento de la procesión de ofrendas se presentó la imagen de San José Obrero, pidiendo su intercesión para que a los trabajadores se le cumplan sus derechos laborales, y como símbolo que Monseñor Romero se preocupaba porque a los obreros se les respetara.
Asimismo, se presentó a Jesús el Buen Pastor, simbolizando que a su llamado afectuoso se le reconoce la voz, porque Cristo acoge con paterno afecto a todos por igual.