Monseñor Romero: Dios mismo nos ofrece fuerza para ser libres

Gloria Silvia Orellana
@Redacción DiarioCoLatino

Teresa Alfaro, integrante de la Comunidad Monseñor Romero de la Cripta de Catedral, compartió las reflexiones del Obispo Mártir en la liturgia de la palabra de este domingo 8 de septiembre, sobre la confraternidad de la comunidad y la responsabilidad de los cristianos.

“Sabemos que todos pedimos por la familia, el país, la justicia y por los privados de libertad injustamente. Así como por los enfermos y por todas las necesidades individuales y colectivas que tenemos en este momento”, dijo Alfaro.

Señaló que septiembre es el mes dedicado a la Biblia, con lo cual Monseñor Romero invitó a todos a “acercarse a la reflexión de la Palabra de Dios”, y modificar sus vidas como una “tierrra nueva” donde la palabra de Jesucristo produjera sus frutos.

Asimismo, celebraron la fiesta de la Natividad de la Virgen María que, afirmó, ha demostrado su solidaridad con la humanidad al ponerse en disposición de Dios, para que de ella naciera Jesuscristo. Y a quien Monseñor Romero veneraba con mucho fervor.

“Por eso vamos a presentar en la procesión de ofrendas una vela que es la luz que simboliza a la niña campesina de Nazaret, que nació con generosa voluntad de nuestra intercesora ante su hijo Jesús”, acotó.

En cuanto al “mes de la independencia”, la Homilía de 1979, de Monseñor Romero, habló de la independencia patria y lo que significa el reto de Dios mismo que les ofrece su fuerza espiritual para ser libres a los cristianos, a partir de que Dios y Jesucristo entregan una “verdadera libertad”.

“Entonces, la reacción de un buen salvadoreño, cristiano, no debe de ser de temor. ¿Qué va a pasar en Septiembre? El reto está aquí: solamente unidos con Dios, en Jesucristo, podemos ser artífices verdaderos de nuestra historia. Dios es el maestro de la historia, Cristo es la piedra angular de toda civilización: sólo en Él hay consistencia”, citó.

“Entonces, yo les diría: hermanos, formemos un propósito -por amor a la patria- de ponernos al lado de Cristo y reflexionar: ¿qué quiere Dios de mi vida?”, (Homilía 9 septiembre 1979).