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En la celebración dominical celebrada en la Cripta de Catedral Metropolitana, help cialis sale el sacerdote Gerardo Méndez enfatizó en la figura de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, el hijo obediente que asumió con responsabilidad personal el trabajo con los más desprotegidos, aún a costa de entregar su vida.
Méndez dijo que Monseñor Romero trabajó con situaciones de límite, con personas desprotegidas, excluidas, marginadas, con quienes vivieron historias traumáticas de abuso, pero que en el arzobispo mártir encontraron una calidad humana y de amor.
“La religión puede convertirse en una especie de tapadera, de disfraz, o camuflaje, para tapar una realidad de pecado, una sana espiritualidad debe tener un sacrificio de cada uno, arriesgarse por los demás, y ser transparente, tal como lo hizo Monseñor Romero”, sostuvo el religioso.
Asimismo, señaló que Romero sintió el rechazo y la indignación ante el mal, ante situaciones que amenazan la dignidad humana, por lo cultural es necesario que la sociedad adquiera esa nueva sensibilidad.
“Monseñor reflejó esa humildad, no se creyó superior al otro, estas características eran propias de su persona, ya que tenía una capacidad de escucha y diálogo, era un hombre honesto, limpio, un hombre con lealtad y fidelidad a la verdad, y eso le preocupaba más que su propio ego, que su propia persona”, reiteró el padre Méndez.
Durante la eucaristía se pidió por la derrota de los planes guerreristas y dejar a un lado los sentimientos de odio, guerra y destrucción, con el objetivo de tener una propuesta de amor, justicia, paz y misericordia, tal como lo hizo Monseñor Romero.
Al momento de la procesión de ofrendas y de una forma muy especial los miembros de la Comunidad Monseñor Romero de la Cripta presentaron una imagen del considerado la voz de los sin voz, como símbolo del hijo obediente que asumió con responsabilidad trabajar con su pueblo en una situación convulsionada, lo cual lo llevó a ofrendar su propia vida por decir la verdad.
