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@OscarCoLatino
Denunciar el pecado, seek las injusticias y las violaciones a los derechos humanos fue la difícil tarea profética de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, quien exhortaba a la solidaridad y respeto de la dignidad humana. Este fue el mensaje de la eucaristía celebrada en la Cripta de Catedral Metropolitana, lugar donde reposan los restos del beato.
El sacerdote Fredy Sandoval reiteró durante la celebración dominical que Monseñor Romero cumplió la misión profética en el pueblo salvadoreño, de una forma más intensa, autentica y fiel al evangelio.
“Debemos valorar los desafíos que nos toca hacer a nosotros como pueblo profético que ha tenido también un profeta como Monseñor Romero, del espesor y la talla de los profetas del antiguo testamento y del tiempo de Jesús”, señaló Sandoval.
Asimismo, dijo que para los salvadoreños es fácil descubrir el estilo, el espíritu, el perfil y la misión profética de Monseñor Romero, por lo cual es imprescindible seguir su ejemplo.
Durante la eucaristía se recordó la homilía de Monseñor Romero, quien en su mensaje del 8 de julio de 1979 indicó que el profeta es la presencia de Dios en la sociedad, en la historia, en el mundo.
“Yo quisiera apelar a esa vocación profética que todos ustedes tienen, cada uno de ustedes tienen que ser un micrófono de Dios, cada uno tiene que ser un mensajero, un profeta, no seamos cobardes, no escondamos el talento que Dios nos ha dado y vivamos de verdad la belleza y la responsabilidad de ser un pueblo profético”, exhortó en su homilía Romero.
De una forma especial, en la celebración se elevó una plegaria por el cese de la violencia en el país, para que Dios conceda a la sociedad salvadoreña ser obreros del bien y decir no al pecado y al diablo.
Asimismo, se pidió porque Dios tenga bajo su dominio a los violentos, invasores y criminales que destruyen los planes de justicia, paz y solidaridad.
Al momento de la procesión de ofrendas se presentó una imagen de Monseñor Romero como símbolo que en El Salvador, al igual que en el tiempo de Jesús, muchos se revelaron y rechazaron el anuncio profético del beato Romero.
