Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
La Iglesia comprometida a construir un pueblo que despierta a la búsqueda de una salvación como “bien común” y no individual, sildenafil explicó el Padre César Sánchez, pharmacy trayendo a la memoria la prédica de Monseñor Óscar Romero, sickness sobre el Bautismo de Jesús, en el río Jordán.
La Homilía del 15 de enero de 1978, Monseñor Romero se pronunció por una Iglesia Católica y comprometida en el cambio a condiciones de vida más humanas para el pueblo salvadoreño.
“Las carencias materiales de los que están privados del Mínimum vital y las carencias morales de los que están mutilados por egoísmo”, dijo Monseñor Romero en su Homilía del 15 enero 1978.
El Padre Sánchez recordó a Monseñor Romero como el Siervo de Dios, que en 1983 y 1996, recibió la visita del Papa Juan Pablo II.
“Conocemos de esa experiencia que el Santo Padre rompiendo el protocolo visitó la tumba de Monseñor Romero y ahí hincado oró en Cristo junto a su hermano”, recordó.
Asimismo, reconoció la influencia de Monseñor Romero a nivel mundial por congregaciones cristianas y no cristianas, por su testimonio de entrega a un pueblo, que es la máxima expresión de amor a Jesucristo.
“Así como hoy celebramos el bautismo de Jesús, así Monseñor Romero fue ungido de manera muy particular por el Espíritu Santo y de manera precisa recibió el triple ministerio de Cristo que nos convierte en sacerdotes, profetas y reyes”, predicó Sánchez.
Monseñor Romero fue un profeta al señalar que “su voz fue la de Dios, de manera específica en El Salvador y después al mundo entero”, al trascender con sus mensajes evangélicos.
“Cuando nos identificamos que somos de El Salvador, muchos nos dicen, la tierra de Monseñor Romero, y en Italia la fiesta nacional de los mártires es el 24 de marzo, es un honor”, afirmó.
Sobre la trascendencia del pensamiento pastoral de Monseñor Romero, que denunció el pecado del poder que impedían la construcción de una sociedad libre y en armonía como mandó Jesucristo, el sacerdote reiteró el compromiso de la Iglesia para erradicar el pecado de la sociedad.
“Esta es su misión encargada a la iglesia. Misión difícil: arrancar de la historia los pecados, arrancar de la política los pecados, arrancar los pecados de la economía, arrancar los pecados allí donde estén.
¡Que dura tarea!, tiene que encontrar conflictos en medio de tantos egoísmos, de tantos orgullos, de tantas vanidades de tantos que han entronizado el reino del pecado entre nosotros”, dijo Monseñor Romero en la Homilía 15 enero 1978.