@GloriaCoLatino
Los cantos que celebran el oficio religioso inundan la Capilla San José Obrero de la Orden de los Hermanos Josefinos, capsule en la ciudad capital. El Capellán Gabriel Rodríguez predicó junto a otros sacerdotes concelebrantes, clinic la palabra viva del Evangelio que el Beato Oscar Romero abrazó en su pastoral.
“Estamos aquí, para exaltar el amor de Jesús, de María y de Monseñor Romero, por un pueblo al que ofrendó su vida en búsqueda de justicia y la paz”, predicó.
El Evangelio abordó el compromiso que toda la feligresía debe compartir como Iglesia convencida que la solidaridad y la entrega son valores de transformación de una sociedad.
“A los mártires y a Jesús no los mataron por casualidad, sino por su palabra, por su obrar esa exaltación apostólica de custodiar la palabra de Jesús, y buscar una vida llena de verdad”, reflexionó Padre Octavio.
Pero la celebración eucarística tenía en componente especial, y es que se develó un mosaico con el rostro de Monseñor Romero, que pasó a formar parte del Altar Mayor de la Parroquia San José Obrero. La abogada y artista Carmen Yolanda Rodríguez, fue la creadora del mosaico, que mide un metro por 80cm.
“Comencé este mosaico hace 3 años, como un hobby- siempre he sido admiradora de Monseñor Romero por mi tío, el Padre Gabriel Rodríguez, quien es misionero Josefino y Capellán de esta capilla- sin saber que tendría el honor que mi obra estaría aquí; utilicé sin saber la que sería la foto oficial…a mí me costó terminar este mosaico, me sentía emocionada cuando ponía cada pieza, y había algo que inundaba mi corazón y lloraba. Fue una experiencia única”, afirmó, la artista.
Asimismo, presentaron una reliquia de Monseñor Romero, su sotana blanca, que fue presentada en las ofrendas, al principio de la misa, la cual fue bendecida.
Gaspar Romero, hermano del Beato, tuvo palabras de agradecimiento a toda la feligresía asistente, a quien les brindó un mensaje de esperanza y amor para el país.
“Cuando Monseñor Romero regresó al país, luego de pasar la Segunda Guerra Mundial, en Italia,donde realizó sus estudios mayores del sacerdocio, y cuando la gente supo que venía el padrecito (Ciudad Barrios, San Miguel), recuerdo muy bien, que ese día la gente no trabajó, fue como día de fiesta y todos fueron a recibirlo a la entrada del pueblo y se cantaron himnos, se reventaron cuetes y en procesión la gente juntó a él entraron a la iglesia …fue algo nunca visto”, recordó Gaspar.
En la ceremonia intervino también la escritora cubana-nicaragüense, María López Vigil, quien escribió: “Monseñor Romero: piezas para un Retrato”, y quien reiteró que Monseñor Oscar Arnulfo Romero le pertenece al mundo.
“Cuando estaba en conflicto (en el Vaticano) cuándo lo harían santo o beato ..el Papa Juan Pablo II, dijo que Monseñor Romero era nuestro (Iglesia) pero no… Monseñor Romero no es solo de los católicos, no solo de los cristianos, no solo de los creyentes…es el salvadoreño más conocido del mundo, el más respetado, el más estimado y un gran compromiso para el pueblo de El Salvador”, argumentó.
Y agregó, que al pensar en Monseñor Romero –le recuerda- el Libro de Judith que le aplica a su la vida del Pastor “Eres la gloria y la alegría de la Iglesia; tú eres el honor de nuestro pueblo….pero con Monseñor Romero no es solo el pueblo salvadoreño… son todos los pueblos del mundo”, acotó.