@JoakinSalazar
El pueblo Salvadoreño ha visto con buenos ojos la reciente noticia de que el obispo mártir Oscar Arnulfo Romero será por fin llevado a los altares de la iglesia católica.
Durante la Misa en la Cripta de Catedral Metropolitana, here donde se encuentran los resto del Beato Oscar Romero, discount se invitó al amor y respeto hacia los más pobres y la reivindicación del derecho de igualdad como seres humanos, que son hechos que actualmente resaltan la vida y obra de Monseñor Romero.
El párroco de la Iglesia de Quezaltepeque, Roque Regalado, instó a la feligresía a dejarse guiar por la luz de Dios a través de Monseñor Romero, debido que es a través de su ejemplo que se pueden hacer grandes cambios en la sociedad.
“Porque aquí el que quiera que se descubran sus obras a la luz de la verdad se va acercar a la luz de Dios a través del mensaje de Monseñor Romero y el que no pues se va quedar en las tinieblas”, comentó el párroco. “Hermanos, hermanas, cada uno de nosotros debe de tomar conciencia, no tengamos miedo de acercarnos a la luz de cristo, no tengamos miedo de acercarnos a la palabra de monseñor Romero, hoy más que nunca puede ser una herramienta para que transformemos El Salvador”, recalcó el padre Regalado.
Además, considera importante que los salvadoreños se organicen desde sus comunidades, que permita generar participación ciudadana por la búsqueda de los derechos humanos.
También, el párroco hizo un llamado a la feligresía que milita en partidos políticos, para que alcen su voz y exijan a sus funcionarios electos el cumplimiento de los derechos del pueblo salvadoreño.
El párroco agregó que el pueblo tiene el poder democrático, no aquellos que están en un puesto político, por lo que es importante que desde las comunidades el pueblo exija a los partidos políticos que replanteen la política para que sean verdaderos instrumentos de democracia en el país.
Homenaje a periodistas
Por otra parte, la misa celebrada en Cripta de Monseñor Romero estuvo dedicada a los periodistas holandeses que fueron asesinados el 17 de marzo de 1982, en Santa Rita, Chalatenango.
Koos Jacobus Andries Koster, periodista; Jan Corenlius Kuiper Joop, productor y redactor; Hans Lodewijk ter Laag, técnico en sonido, y Johannes Jan Willemsen, camarógrafo, murieron en una emboscada que les tendió el Batallón Atonal.