Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Como cada domingo la Cripta de Catedral Metropolitana es visitada por los feligreses que acuden a escuchar el mensaje de Monseñor Romero, quien en ese momento identifica a la iglesia hundiéndose igual que Pedro en la barca, por lo cual hizo un llamado a dejar los miedos para que crezca la fe.
Monseñor Romero dijo que Cristo siempre está con la iglesia fundada por él, además, asumió el compromiso de no dejarla perecer; pero pide ser lo visible del cristianismo, tratando de ser verdaderamente signos de la presencia de Dios en el mundo.
“Pedro aparece en aquella nave donde van unos apóstoles y Cristo va cerca de ella, aunque no lo sientan y lo confundan con un fantasma, es la borrasca, la tempestad que quiere aparecer a Cristo como un fantasma, que hace sentir a Cristo con miedo y muchos se apartan, esa navecita representa la iglesia, la comunidad de hombres que ha de creer en Cristo quien nos pide pruebas de fe valientes, y donde Pedro aparece como el principal probado en la fe”, explicó en su homilía del 13 de agosto de 1978.
Agregó que el hombre sólo puede admirar, pero no frenar la creación, la conservación tan equilibrada y maravillosa de la naturaleza, aún aquél que siente el estremecimiento de los terremotos, las llamaradas de los incendios; las fuerzas de los huracanes; la belleza de la creación y la sublimidad de los fenómenos.
El obispo mártir pidió no vivir del pecado y la mentira, sino sumergirse en la sublimidad de Dios para darle gracias por los favores recibidos, pedirle perdón por las infidelidades y suplicar su ayuda cuando las limitaciones son grandes, sin embargo, el Señor tiene el deseo de llenar esa capacidad interior.
Asimismo, en la eucaristía de este domingo en la Cripta de Catedral se recordó el 44 aniversario del martirio del padre Alirio Napoleón Macías, quien sufrió el martirio por denunciar operativos, capturas y asesinatos en San Esteban Catarina, como buen pastor asumió su responsabilidad de señalar las injusticias cometidas contra el pobre y perseguido.
El religioso nació en San Vicente, el 10 de noviembre de 1941, fue un gran impulsor de las Comunidades Eclesiales de Base, motivo de su asesinato, como registra el libro “Testigos de la Fe en El Salvador”. Fue asesinado el 4 de agosto de 1979 por un escuadrón de la Muerte, cuando salió a recibirlos entre la sacristía y el altar del templo parroquial de San Esteban Catarina, San Vicente, donde quedó tendido con varios disparos de bala.