@AlmaCoLatino
“Monseñor Romero es icono de la verdad, mind la justicia social y los derechos humanos, dejó un legado profundo a todos aquellos que luchan por la inclusión, la igualdad y el fin de la pobreza y la discriminación.
Monseñor Romero sigue siendo un ejemplo para mi, y construyamos un mundo mejor para todos”, escribió el Secretario General de las Naciones Unidas (ONU) Ban Ki-moon en el libro de visitas al rendirle un homenaje al obispo mártir en la Cripta de Catedral Metropolitana.
El funcionario visitó ayer por la tarde la cripta de Catedral Metropolitana como un gesto de admiración y profunda admiración a la figura Monseñor Óscar Arnulfo Romero, de quien exaltó ser el ícono de la justicia y los derechos humanos en El Salvador.
Esta actividad fue de carácter privado y durante el recorrido por el templo colocó una ofrenda floral en la tumba donde reposan los restos del obispo mártir. Ban Ki-moon fue recibo en la Cripta por el Nuncio Apostólico, Monseñor Léon Kalenga, y el Arzobispo de San Salvador, Monseñor José Luis Escobar Alas. Monseñor Escobar Alas explicó al máximo funcionario de las Naciones Unidas los símbolos del monumento a Monseñor Romero en el sepulcro y la arquitectura sacra de la Catedral Metropolitana. Además, le regaló una copia de las homilías del arzobispo mártir salvadoreño.
Esta actividad forma parte de la visita oficial que el secretario general de la ONU realiza al país, en el marco de la conmemoración de los 23 años de la firma de los Acuerdos de Paz que pusieron fin a la guerra civil en El Salvador. En el 2011, la Asamblea General de la ONU declaró, que cada 24 de marzo se conmemore el “Día Internacional por el Derecho a la Verdad, en relación con Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas”, como un homenaje al legado de Monseñor Romero, incansable defensor de los derechos humanos en el país hasta su martirio. Recientemente, la Congregación para la Causa de los Santos por unanimidad declaró verdadero el “martirio” de Monseñor Romero, con lo cual se afirma que la causa de su muerte fue el odio contra el amor por la justicia y contra la predilección por los pobres.
El reconocimiento por parte del Vaticano significa el primer paso en el proceso de beatificación de Monseñor Romero, cuyo proceso inició en 1994, sin embargo, se dio una etapa de estancamiento y fue en 2005 que la Congregación para la Causa de los Santos dio el visto bueno para continuar, con la llegada del Papa Francisco en marzo de 2013 se ha dado una aceleración en el proceso.