Alma Vilches
@AlmaCoLatino
En la misa dominical celebrada en la Cripta de Catedral Metropolitana se reflexionó el mensaje profético de Monseñor Romero, quien señala que para ser felices es necesario no seguir las voces engañosas del demonio, sino la obediencia a la voluntad del Señor.
“Los engañados por los mesianismos fáciles, los devotos de revoluciones que quieren ya establecer un orden nuevo violentando las cosas, los que tienen afanes de aplausos y espectacularidades, traicionan a Dios; más vale el camino humilde, sencillo, del deber, del amor, justicia, oración, el camino de la esperanza y el evangelio, no la espectacularidad”, enfatizó en ese momento el obispo mártir.
Dijo que el poder quiere aprovecharse para ganar votos y aplausos, aunque sea engañando, a un país se redime no tentando ni provocando a Dios que está presente en el pueblo; también existe la tentación del poder, ver brillar los desfiles con cañones y armas, y las grandes muchedumbres, que muchas veces asisten no por convicciones, sino por conveniencias o en la mayoría de los casos por llenar de pan el estómago.
“La gran respuesta para un cristiano que quiere ser redimido contra las tentaciones fáciles del mundo, es adorar al Señor, sólo tenemos un Dios y a él tenemos que servir y adorar; su ley es la pauta de mi vida, su voluntad es el designio de mi existencia. Yo no puedo correr por otros caminos que no sean la voluntad y el servicio del Señor”, aseguró Monseñor en su homilía del 12 de febrero de 1978.
Indicó que obispos, sacerdotes, religiosos, instituciones católicas, deberán sufrir las tentaciones del poder y querer convertir la misión mesiánica salvadora de la humildad, en la austeridad, sacrificio y quererla apoyar en el poder, el dinero y bienestar.
Entre tanto, el padre Fredy Sandoval, manifestó en la eucaristía dominical que en esta Cuaresma la penitencia no es castigo ni el sacrificio de la persona, sino bíblica y pastoralmente es cambiar para disponerse a una conversión a Dios, prepararse a celebrar con una nueva mentalidad y receptivo la pascual de Jesús.
“Significa recordar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, pero también que por medio del bautismo participamos de esa pascua, así es mejor la conciencia que se le da a la eucaristía y a los sacramentos. Prepararse para la pascua significa tomar conciencia, es pasar de este mundo a la casa del Padre”, sostuvo Sandoval.
Durante la procesión de ofrendas se presentaron palmas secas, simbolizando que es importante volver al Señor para que haga reverdecer los corazones indiferentes a la entrega de Jesús en la cruz.