Alma Vilches
Joaquín Salazar
@DiarioCoLatino
Con pancartas alusivas a San Oscar Arnulfo Romero y portando en sus manos farolitos y velas encendidas, como símbolo de la luz que el obispo y mártir es para el pueblo salvadoreño, cientos de jóvenes, en su mayoría pertenecientes a grupos religiosos, participaron en la peregrinación de la Luz, como antesala a la canonización del profeta Monseñor Romero. Los peregrinos se reunieron a los pies del monumento al Divino Salvador del Mundo, avanzaron por la 49 avenida sur sobre la alameda Roosevelt hasta llegar a Catedral Metropolitana, durante el recorrido gritaban a una sola voz ¡Viva Monseñor Romero!
La peregrinación estuvo integrada por cuatro bloques, la juventud arquidiocesana, movimiento social, grupos populares y feligresía en general.
Asimismo, se rindió un homenaje a los desaparecidos y muchos mártires asesinados durante el conflicto armado, ya que en la peregrinación los jóvenes llevaron los rostros de las víctimas, como símbolo de dignificación.
Al llegar a las afueras de Catedral Metropolitana se dio el intercambio intergeneracional entre la pastoral juvenil y los romeristas que esperaban en la Plaza Cívica, como símbolo del legado y permanencia de San Romero.
No queremos un sistema judicial que sea débil con los fuertes
El padre jesuita José María Tojeira presidió la solemne eucaristía previa a la canonización de Monseñor Romero, de quien dijo que es la prueba viva del amor de Dios, que no se cansa de bendecir a su pueblo. Un profeta, pastor y padre amoroso que cuida de sus ovejas y cuida los derechos de los empobrecidos de esta tierra.
“Debemos mirar hacia nuestra realidad personal y social, Romero se tomó enserio el testamento del Señor Jesús, cuando dijo a sus apóstoles y a nosotros que nos amemos unos a otros como él nos ha amado. Por eso su espíritu ha resucitado y ya vive en su pueblo, quiere vivir en todos nosotros e insiste en que seamos autocríticos que nos preguntemos si seguimos a Jesucristo y a tantos testigos generosos de la fe”, dijo el sacerdote jesuita en la homilía.
Tojeira invitó a la ciudadanía a no permitir la corrupción en los ámbitos social, político y económico, pero principalmente, no permitir la corrupción judicial tal como ya lo había dicho una vez Romero a la Corte Suprema de Justicia.
“Por eso mismo, el ejemplo profético de Romero nos impulsa a mirar hacia nuestra sociedad y a trabajar en la transformación de la misma, no queremos ni podemos que se impongan leyes donde se deje morir de sed a los pobres, no deseamos una sociedad en la que la corrupción esté presente en los ámbitos del poder económico y político y tampoco queremos un sistema judicial que sea débil con los fuertes y fuerte con los débiles, que continúe, como decía Romero, mordiendo únicamente el pie del que camina descalzo”, agregó.
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