Gloria Silvia Orellana
@RedacciónDiarioCoLatino
“Monseñor Romero me hizo crecer en la fe y buscar su sentir con los pobres, que él predicó de no hacer de lado a las personas que no tienen su pan de cada día, eso era Monseñor Romero un legado de bondad que aún me motiva a mí”, dijo Alba Montes, a su salida de la misa de envío a las seis de la mañana.
Alrededor de mil personas abordaron los “buses peregrinos” en la quinta caminata hacia Ciudad Barrios San Miguel, denominada “San Romero y los Mártires, la esperanza de nuestro Pueblo”, eucaristía que ofició el Arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, junto al Cardenal Gregorio Rosa Chávez.
“En este lugar (Cripta) que recoge en su seno las reliquias de nuestro santo Oscar Romero, damos gracias por su presencia, así como los medios de comunicación que documentan esta eucaristía y esta gran peregrinación”, afirmó el Prelado Católico.
Y agregó “Quiero felicitarles que estén aquí, porque es el Señor quien los ha convocado y en fe han respondido y les agradezco este testimonio de fe. Esta peregrinación es muy especial y significativa porque iniciamos en la tumba del santo y concluyamos en la cuna del santo, es un desandar el camino del santo”, replicó.
Asimismo, reseñó la vida de San Oscar Romero, señalando que nació el día de la fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen, un 15 de agosto de 1917 , en Ciudad Barrios, San Miguel, luego, siendo un adolescente se forma en el Seminario de San Miguel, pasa a San Salvador y culmina sus estudios en Roma, donde se ordena en el año 1942.
“Caminó los caminos de El Salvador, sobre todo, en la Diócesis de San Miguel, predicando al Señor y administrando sacramentos como sacerdote de Cristo y evangelizando con su ejemplo de santidad, hasta 1970 que lo nombran Obispo Auxiliar de la Diócesis de San Salvador, entonces, ya está el camino de Ciudad Barrios hasta este lugar”, explicó.
Sobre su trabajo como Obispo auxiliar al lado del Arzobispo Luis Chávez y González, el Arzobispo Escobar Alas, relató que también fue rector del Seminario de San Salvador (San José de la Montaña), director del semanario Orientación, hasta que en 1974, es nombrado Obispo de Santiago de María, Usulután.
“En 1977, le nombran Arzobispo de esta Diócesis en San Salvador y todos conocemos la historia entre 1977 a 1980, cuando hace su entrega total, radical y su lucha en favor del bien -sin descanso- y su unión plena con Dios y su preferencia, defensa y dignificación de los pobres”, expresó.
“Fue una verdadera encarnación con la humanidad sufriente y en un momento crucial en donde el pueblo estaba siendo masacrado literalmente. Él levantaría la voz -y no por una vez- sino que nunca bajó la voz en defensa de los que sufrían, hasta que la bala del cañón ensordece esa voz”, recordó Monseñor Escobar Alas.
A diferencia de esta agresión que quiso acallar la voz del Obispo Mártir, señaló, el guía de la Grey Católica, se sobrepuso el “bien” porque ha permanecido en la obra de Dios y se conoció su pastoral alrededor del mundo, que trascendió los años y termina siendo declarado “maestro de fe”.
“Pareciera que los malos triunfan y que pueden dañar, difamar, calumniar o matar a las personas buenas, pero la justicia de Dios se hará presente y entonces esos verdugos, asesinos, esos asesinos ni siquiera dieron la cara, buscan la oscuridad y se escondieron. Mientras nuestro mártir brilla porque está con Dios”, sostuvo en su homilía Monseñor Escobar Alas.